El Celta recibe hoy, en la ida de los octavos de final de la Copa del Rey, al Barcelona con el objetivo de repetir la gesta del año pasado, cuando eliminó al Real Madrid.

Es un nuevo desafío para el equipo gallego, este curso dirigido por Juan Carlos Unzué, que sabe de la importancia que el torneo copero tiene para el celtismo, después de quedarse a un paso de alcanzar la final en sus últimas dos participaciones, apeado primero por el Sevilla y después por el Alavés en las semifinales.

La solidez del líder de la Liga, su descomunal poder ofensivo y jugar la vuelta en el Camp Nou dificultan el reto para un Celta que quiere llegar vivo a Barcelona, donde esta temporada ya logró arañarle un punto al equipo de Ernesto Valverde (2-2).

Unzué sacará toda su artillería, pese a que tres días después visitará el estadio vigués el Real Madrid. El triunfo en el derbi gallego, en el último partido del 2017, ha disparado la ilusión del Celta.

Por su parte, los delanteros Lionel Messi y Luis Suárez y el centrocampista Andrés Iniesta no han entrado en la convocatoria del Barcelona. Valverde ya había avisado en la rueda de prensa previa al partido que no correría riesgos con ningún jugador y ha decido que Messi y Luis Suárez, quienes regresaron el martes de sus vacaciones, se queden en Barcelona, junto al capitán azulgrana.

Tampoco viajan a Vigo, por decisión técnica, los centrocampistas Rafinha y Arda Turan y el delantero Deulofeu, mientras son baja por lesión el defensa Samuel Umtiti y el delantero Paco Alcácer.

En cambio, sí ha entrado en la lista el delantero Ousmane Dembélé, quien el martes recibió el alta médica tres meses y medio después de romperse el tendón del bíceps femoral de la pierna izquierda en un partido en Getafe.