Inspectores de Hacienda exigen la dimisión de María Jesús Montero: "Es imposible aplicar la financiación singular catalana"
Denuncian que el acuerdo suscrito entre el Gobierno y la Generalitat supone el principio de la "desaparición del Estado" si se extiende al resto de comunidades autónomas
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La Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE) ha señalado este miércoles que es "imposible" aplicar el acuerdo de financiación singular alcanzado entre el Ejecutivo central y la Generalitat catalana, un pacto que, bajo su punto de vista, supone el principio de la "desaparición del Estado" si se extiende al resto de comunidades autónomas, a la vez que han exigido la dimisión de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Así lo han manifestado en un informe presentado en la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), donde han abundado que también implicaría la "desaparición" de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), que quedaría "troceada" y "repartida" entre todas las regiones.
Se romperían, bajo su punto de vista, algunos principios "básicos" de la Hacienda española, como que el sistema de información ha de ser único, que debe existir una caja única y que la gestión de las retenciones se ha de hacer de forma "integrada", han argumentado.
En concreto, la gestión del 100 % del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) prevista para 2026 resultaría "imposible" porque, bajo su punto de vista, no es "realista", ya que no se podría conciliar la información de una base de datos nacional y otra catalana. Con ello, la "rapidez" a la hora de realizar las devoluciones en las declaraciones de la renta caería de forma drástica. "Resultaría imposible enviar a los contribuyentes los datos fiscales, puesto que la información estaría en dos bases de datos diferentes. También se verían afectados los cruces de información para detectar riesgos fiscales", han añadido al respecto.
Aunque han evitado dar cifras de lo que dejarían de ingresar las arcas públicas, sí han expuesto que, en base a los últimos datos disponibles, que se remontan a 2022, los impuestos catalanes suponen el 19,35 % del total nacional. Ese año, el Estado recaudó 255.463 millones de euros, de los que 49.434 provenían de Cataluña.
"Consecuencias" en la lucha contra el fraude fiscal
El pacto tendría "consecuencias" en la lucha contra el fraude fiscal, también por la diseminación de los datos al separar la hacienda española y la catalana. "Una información fraccionada en dos bases de datos no puede producir los resultados actuales en la lucha contra el fraude", han incidido.
Han puesto como ejemplo la comprobación de las operaciones relacionadas con criptomonedas, un campo de gran "complejidad" cuya monitorización resultaría "imposible" en adelante para la Generalitat respecto a los ciudadanos con domicilio en Cataluña, dado que la información nacional e internacional con la que se realizan estarían en la base de datos de la AEAT y la de las declaraciones presentadas por los catalanes en la base de datos de la Hacienda catalana.
Algo similar ocurriría en el control de los grandes patrimonios, una tarea que hasta ahora se realiza de forma centralizada por la Unidad Central del Control de Patrimonios Relevantes del departamento de Inspección. "Si se fraccionara la AEAT, este control para detectar conductas irregulares no se podría hacer para los contribuyentes domiciliados en Cataluña", han argumentado.
De igual forma, la financiación singular catalana contribuiría a la "desaparición" de la AEAT como "órgano vertebrador" de las políticas sociales del Estado, puesto que en caso de un fraccionamiento, no se dispondría de la información necesaria para efectuar el pago de prestaciones como las deducciones del IRPF, las ayudas a madres trabajadoras o las destinadas a las familias numerosas.
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