Andalucía

Detenidos cuatro alumnos de un centro de Málaga por ciberacoso a una compañera

  • Los arrestados, todos mayores de edad, se dedicaban a insultar a su víctima en las redes sociales.

Cuatro alumnos de un instituto de Málaga, todos mayores de edad, fueron detenidos por la Policía la semana pasada por acosar presuntamente a través de las redes sociales a una compañera, de 20 años, y rayar la carrocería de su coche con los mismos insultos que le proferían en internet. Posteriormente, fueron puestos en libertad con cargos.

La investigación se inició cuando la víctima, estudiante de segundo de Bachillerato en un centro de Málaga, interpuso una denuncia en la que describía que, desde hacía aproximadamente cuatro meses, estaba sufriendo acoso escolar por parte de varios alumnos del centro educativo donde estudiaba, según informó ayer la Policía.

El hostigamiento consistía en mensajes difamatorios hacia su persona que cuatro jóvenes colgaban en el perfil que la víctima tenía en una red social. Previamente, la joven encontró su vehículo completamente rayado con los mismos insultos que le proferían a través de internet, y estas ofensas también le llegaban a su teléfono móvil a través de una aplicación de mensajería instantánea.

Los investigadores identificaron y detuvieron a los presuntos autores de los hechos, que resultaron ser cuatro compañeros, alumnos del mismo centro educativo al que pertenecía la víctima. La investigación fue realizada por agentes del Grupo de Investigación de Policía Judicial de la Comisaría de Málaga.

El ciberacoso o ciberbullying es una modalidad del acoso que se materializa, en la mayoría de los casos, en el ámbito escolar, y que es sostenido en el tiempo y cometido con cierta regularidad utilizando como medio de difamación principal las tecnologías de información y la comunicación.

La Policía, mediante el Plan Director para la Convivencia y Mejora de la Seguridad Escolar, imparte unas 150 charlas anuales en colegios para concienciar a alumnos, docentes y padres sobre los límites que deben imperar, los principales delitos que se comenten y cómo actuar ante ellos. Además, la Policía mantiene contactos periódicos con los centros educativos para ofrecerles su apoyo y experiencia en casos de acoso escolar, consumo de drogas y alcohol por los menores, presencia de bandas juveniles o conductas incívicas y vandálicas, situaciones de racismo o xenofobia, y consejos ante el uso de internet, las redes sociales y las nuevas tecnologías.

Estas charlas intentan hacer ver a la comunidad educativa que lo que se inicia como un juego o travesura puede resultar un delito con sus consecuencias penales.

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