Hace casi cinco años desde que Álex y Jessica Hohne, una pareja de surafricanos, adquirieron la finca de El Encinarejo, en la Sierra de Andújar (Jaén). Y después llegaron, en régimen de semilibertad, 18 bisontes (uno más ha nacido en esta finca), una especie exótica formalmente catalogada como amenazada que nunca antes se había documentado en la Península ibérica.

Hoy, tres años después de la llegada de los bisontes desde las frías cumbres de Polonia, esta finca del interior de Sierra Morena se ha convertido en un importante reclamo turístico para centenares de turistas que tienen la oportunidad de ver algo único: la convivencia entre el lince ibérico y los bisontes.

"Estuvimos mirando varias fincas para comprar, pero nos gustó esta de El Encinarejo, que es un paraje excepcional y un lugar con mucho potencial turístico", señala a EFE Álex Hohne.

Proyecto de Ecoturismo

El proyecto de ecoturismo de esta pareja de surafricanos incluye una casa rural en el interior de la finca y ofrece visitas guiadas para contemplar los linces y los bisontes en su hábitat natural. Otra novedad es la introducción del cultivo de la trufa en esta finca.

Uno de los linces ibéricos que conviven con 18 bisontes en semilibertad en la finca de El Encinarejo,

"Nuestro objetivo ha sido desde el principio introducir esta especie aquí, pues nunca antes había habido bisontes en Andalucía", añade Hohne, tras destacar la "buena adaptación" de esta especie a las cálidas dehesas de la Sierra de Andújar.

La presencia del bisonte en Andújar está avalada por las instituciones locales y también por la Junta de Andalucía, aunque también ha habido críticas de conservacionistas y científicos que entienden que el ecosistema mediterráneo es totalmente inadecuado para albergar a una especie que viene del norte de Europa.

La Junta de Andalucía, competente en la gestión de espacios naturales protegidos, ha autorizado la presencia de estos bisontes en Andújar con la calificación de "núcleo zoológico" aunque condicionado a una serie de medidas de vigilancia ambiental.

Por su parte, el Ayuntamiento de Andújar (Jaén) ve la llegada del bisonte a sus sierras como "una oportunidad de situar al municipio en el mapa nacional e internacional del ecoturismo y del turismo de naturaleza", según indicó el concejal de Turismo, José Oria.

La seducción del lince

Sin embargo, la mayor parte de los turistas que llegan hasta El Encinarejo lo hacen atraídos por el lince ibérico, al ser esta una de las principales reservas de todo el país.

Alex Hohne, un surafricano que junto a su pareja Jessica, adquirieron hace cinco años la finca de El Encinarejo.

Samuel Plá, técnico de la Fundación CBD-Hábitat, destaca el alto número de empresas turísticas que han nacido alrededor del lince, una especie, dice, que "es un emblema de la conservación de la fauna ibérica y debe ser considerado como un patrimonio cultural".

Preocupa, eso sí, la escasez de conejos en esta finca. Plá admite que "hay que seguir trabajando para aumentar las poblaciones de conejos, con repoblaciones, creando olivares artificiales y, en definitiva, mejorando el hábitat".

Aunque de momento, bisontes y linces conviven bien en esta finca, ha habido voces de expertos que han alertado del impacto sobre ese felino con el pisoteo de los bisontes sobre las madrigueras de los conejos, que son el principal sustento del lince.