Tal día como hoy, resulta ser una fecha muy especial para mi y algunas personas más, colaboradoras conmigo, en un Congreso Extraordinario Provincial de la entonces AP que significó toda una catarsis para el Partido y se convirtió en punto de partida de una trayectoria que permitió consolidar la “vitola”, previamente iniciada, democrática de aquellas siglas - hoy, PP- y que llevó, treinta y cinco años después, a conseguir pasar del pago -por el propio bolsillo de los dirigentes- de los gastos de actividad a la comodidad del coche oficial, lo que significa poner en evidencia un trabajo de años con lealtad a unas siglas por mucha gente, aunque sean pocos los que conocen en la actualidad aquellos acontecimientos singulares. Dicho esto, comprenderán que no contemos aquella historia, requeriría seguramente un libro y con el recuerdo de la fecha es suficiente.

La actualidad, pues, se impone y no crean, da motivos para el optimismo cara al futuro. Es tanto y tan evidente la mediocridad imperante que el propio Presidente Sánchez -maestro de la impostura- no tiene recato alguno en afirmar y negar lo mismo sin solución de continuidad, directamente o por persona interpuesta, la portavoz del Consejo de Ministros, en su descalificación pre-electoral de Bildu como “incompatibles con la democracia” ante su falta de reconocimiento de ETA como banda terrorista, resulta que en el balance del resultado electoral, se atribuye para sí mismo los votos bilduetarras e independentistas, como propios: “nueve a uno, ganamos”, le dirá a Feijoó.

Esto, dicho como éxito rotundo, solo revela la degradación del PSOE, de ser partido hegemónico a subalterno para consolidar una opción de Poder individual en Moncloa. Y vean la catadura moral del personaje que es capaz de pactar la valoración hasta final de 1.983 de la Ley de Memoria Democrática que incluye a Felipe González y el primer Gobierno socialista, al tiempo que, luego, les pide lealtad. Todo un dislate. En fin, para qué seguir pues comencé con la historia Popular y finalizo con su actualidad y debo, honestamente, decirlo: el PP, no se entera y me pregunto por qué ha renunciado a la batalla cultural”. Las elecciones vascas son un ejemplo de amnesia inducida y han acudido allí con un perfil de baja contundencia y un objetivo demasiado “cutre”, captar el diputado de VOX en Alava. ¿Cuál es el plan?, solo hablar de gestión no es suficiente, hay que forjarse en el debate y la argumentación, acordarse de la Escuela de Francfort y las teorías de Gramsci porque la pérdida del relato es la derrota en el futuro y esto la izquierda lo domina ante la pasividad o lentitud de actuación del PP y el tiempo se les echa encima de cara a las catalanas… de esta manera, da la impresión que espera llegar al Poder, más por errores del de los nueve a uno que por méritos propios.

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