El alcalde toma la bandera de Astilleros para promover una macro-protesta ciudadana
Habrá una tregua hasta el día 30 para que la Junta pague las nóminas · El PSOE insiste en que "la solución no es manifestarse, sino el trabajo de todas las administraciones"




Hipertensión política, con el alcalde como anfitrión de la nueva cruzada: "Una ciudad portuaria no puede perder su astillero, y menos aún para que se quede en Sevilla. El PSOE, que tiene neurosis obsesiva conmigo, me acusará de pretender aparecer como salvador, pero creo que es el momento de que el Ayuntamiento tome la iniciativa para defender estos puestos de trabajo, ya que hemos visto que la hoja de ruta de la Junta no ha resuelto los problemas". En cuanto lo consideren oportuno los trabajadores, el Consistorio convocará "una gran movilización ciudadana -anunció ayer el regidor- porque lo que empezó como un conflicto laboral es hoy un problema social, de toda Huelva".
En estos términos, y con nueve días de tregua, el regidor dio cuenta del acuerdo resultante de una reunión mantenida al arranque del Pleno con el comité de empresa de Astilleros y los portavoces municipales de PP, PSOE e IU, en la que a instancias de los propios trabajadores (concentrados en el Consistorio) se decidió promover una macro-manifestación en la ciudad en solidaridad con la plantilla de la factoría de construcción naval, de la que en estos momentos dependen directamente 242 familias onubenses, a las que se suman otras tantas vinculadas a las empresas auxiliares. Claro está que los matices políticos fueron más que notables en esta encrucijada, tanto a micrófono abierto en el debate, como en las estrategias colaterales.
Los trabajadores decidieron recrudecer sus medidas de presión al conocer que los compañeros de Sevilla habían cobrado sus nóminas, cuando en Huelva aún se deben dos meses. Los manifestantes colapsaron la ciudad el pasado martes, cortando sus accesos principales, y logrando arrancarle al Gobierno andaluz el compromiso de que cobrarán antes del 30 de abril. Ése es el margen que la plantilla esperará para emplazar al Ayuntamiento a "convocar a toda la ciudad para que ésta se vuelque en apoyo de los puestos de trabajo", señaló el portavoz del PP, Francisco Moro.
El alcalde se pone, pues, a la cabeza de una reivindicación que cuenta con un respaldo sin fisuras por parte de IU -grupo que, de hecho, fue promotor del debate de ayer con su cuarta moción sobre la crisis de Astilleros- pero fue ampliamente criticada por la oposición socialista, que confía en que no haya que llegar a este extremo por el cumplimiento de compromisos de la Junta, "única Administración que, por cierto, está trabajando día y noche para buscar una solución para Astilleros", apostilló la portavoz Elena Tobar en declaraciones a los periodistas. No en vano, el PSOE se desmarcó ayer nuevamente de la iniciativa de los izquierdistas, que salió adelante con el apoyo del equipo de Gobierno del PP: (1) en primera instancia, el Ayuntamiento manifiesta su apoyo y solidaridad con los trabajadores de Astilleros, IINH y Nueva Lima en las movilizaciones en defensa de sus salarios y del empleo. (2) El Consistorio insta a los nuevos responsables de la empresa a que paguen las nóminas atrasadas y garanticen las futuras. (3) Se emplaza igualmente a la Junta a poner en marcha la finalización de los buques 845 y 846 y (4) se insta a esta misma Administración a que no ceda la licencia de construcción naval; (5) a hacer público quiénes son los inversores que van a llevar a cabo el proceso de diversificación que figuraba en la hoja de ruta y, por último (6) a que depure responsabilidades en la gestión económica y empresarias de los anteriores propietarios de Astilleros y de Pymar.
"Mucho nos tememos -advirtió el portavoz de IU, Pedro Jiménez- que la sentencia de muerte de Astilleros como empresa de construcción naval está firmada, pero no vamos a aceptar que tomen por idiotas a los trabajadores y a la ciudadanía. Ya hemos visto que la situación es peor de lo que pensábamos y la hoja de ruta sólo se ha desarrollado en lo negativo para los trabajadores."
El PSOE insistió en este bucle argumental, con el viceportavoz Francisco Baluffo haciendo los honores: "No es la Junta quien ha provocado esta situación, sino los antiguos empresarios que llevaron esta empresa a la quiebra, pero aquí se intenta responsabilizar a la única administración que está buscando una solución desde el principio. Señor alcalde, el futuro de astilleros no depende de una manifestación, sino de trabajo -subrayó-, de que todas las administraciones se pongan de una vez por todas a trabajar". Para los izquierdistas no existe ahora ningún resquicio para que el Gobierno andaluz eche balones fuera: "Es la Junta quien ha nombrado al administrador único, -respondió Jiménez- para que en la empresa se haga su voluntad". En este tramo fue cuando Baluffo abrió la caja de Pandora: "Lo único que ha hecho el Ayuntamiento por Astilleros es darle una medalla al anterior empresario en 2007 y amenazar con cortarle la luz cuando se movilizaron". La réplica de Moro subió el tono del debate de manera irreversible: "No sea tan mezquino… usted votó a favor de esa medalla, entregada a una empresa emblemática de la ciudad y es falso que se les cortara el agua… Con estas mentiras demuestra el tipo de dirigentes que tiene el PSOE en Huelva, irresponsables y niñatos como usted, que sólo están trabajando por los Astilleros de Sevilla, que son los que le interesa mantener al señor Griñán, mientras el PSOE financia aquí a empresas que tienen más deuda que Astilleros, sólo porque son amigas de los socialistas".
Los títulos de crédito los vino a poner el alcalde: "Ustedes saben perfectamente dónde están las reglas del juego y el papel que juega cada administración […]".
Y hasta aquí la crónica de una cruzada anunciada.
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