No pasarán a la historia como La Gioconda, Las Meninas o La noche estrellada. No obstante, detrás de cada uno de estos cuadros hay un momento de superación, un instante de emoción y una dosis de creatividad. Una colección de pinturas tan especial como sus propios protagonistas.

La nueva sala municipal de exposiciones de Valverde del Camino se ha llenado de colorido. Pese a lo devastador del alzheimer, los enfermos no conciben la vida en blanco y negro. Lo demuestran las 40 obras que hasta el próximo 28 de febrero adornarán las paredes de esta pinacoteca amateur.

Algunos trabajos son reproducciones; otros desprenden un significado abstracto. Sea cual sea la idea, todas comparten el denominador común de la vida. En los talleres de estimulación cognitiva, estas personas aprenden a mantener sus capacidades, a concentrarse, a desarrollar su creatividad, a aumentar su autoestima. Lo que se ha bautizado como arte-terapia.

Medio centenar de personas estuvieron en la inauguración.

La muestra se ha inaugurado esta semana con una acogida a la altura de las circunstancias. Medio centenar de visitantes. En unos minutos ya se había vendido parte del botín. La recaudación será vital para el ejercicio de esta entidad, que lo mismo alivia el tormento del enfermo que abastece de esperanza al familiar.

La terapia a través del arte no pretende, ni mucho menos, que los alumnos aprendan las técnicas pictóricas. El único objetivo de las sesiones es paliar los efectos que producen el alzheimer y otros trastornos neurocognitivos a base de trazos. Incluso, para quienes tienen dificultades con el lenguaje, ésta puede ser una estupenda vía para expresar emociones.

Algunos de los cuadros que componen la exposición.

Con esta exposición, AFA quiere ofrecer a los artistas el reconocimiento y protagonismo que merecen. Pretende sensibilizar a la sociedad y erradicar estigmas asociados a esta enfermedad. A pesar de las limitaciones que pueda generar esta patología neurodegenerativa, estas personas siguen sintiéndose vivas y capaces de hacer cosas bellas. Esta colección es el botón de esta muestra.

La recaudación de los cuadros servirá para continuar con el ejercicio de la entidad

La poesía comparte espacio con estas imágenes. Andrés Parreño, a sus 96 años, seguía conservando su capacidad. Resultaba emocionante escuchar sus inspiraciones, cuentan sus cuidadoras. Permanecían intactas en su memoria, aunque murió sin ver expuestas algunas de sus creaciones. Al menos, en la tierra.

La muestra puede visitarse en el número 23 de La Calleja de martes a sábado desde las 19:00 a las 21:00. Con la colaboración del Ayuntamiento y el patrocinio de Matsa, pone en evidencia que aunque los recuerdos se van borrando y las áreas cognitivas del cerebro se van destruyendo, la emotividad y la creatividad se pueden trabajar hasta el último día. Pinturas realizadas con manos, corazón y mente, que así se llama esta exposición.