Historias del fandango

¿Has escuchado un fandango tocado con saxo? Saxofones flamencos

Aquilino González en 1935.

Aquilino González en 1935.

Ya por los años treinta del siglo pasado se experimentó con instrumentos considerados extraños para el flamenco, pero que gustaron al público. Es el caso del saxofón, que había adquirido protagonismo tocando solos dentro de las orquestas en las grabaciones de fandangos, por ejemplo, y que a comienzos de aquella década consiguió notoriedad como imitador de la voz humana. Sorprendió la favorable acogida que tuvo, porque el saxofón era un instrumento asociado a las bandas de música, civiles o militares, pero no a un protagonismo solista.

Sus ejecutantes más destacados fueron el cubano Aquilino Calzada, conocido como el Negro Aquilino, y el jiennense Fernando Vilches. Entre 1932 y 1941, ambos grabaron discos y obtuvieron nombradía imitando a los cantaores de moda. La gente asociaba su toque al cante de Angelillo, al de Marchena, al de Vallejo, a la Niña de la Puebla… Ambos ejecutaban con espectacular sensibilidad las guajiras, milongas, malagueñas, granaínas, fandanguillos, pasodobles…

En sus actuaciones solía acompañarles también un piano, y el guitarrista Sabicas grabó en dicha época con el violinista Rafael de la Unión, otro hecho que demuestra que la fusión comenzó en el flamenco bastante antes de las fechas que se han tomado como referencia de sus inicios. Hay experimentos de fusión flamenca desde los comienzos de la II República.

El Negro Aquilino

Aquilino González Calzada nació en Masareillo (Cuba), en 1910. Su madre era española, y llegó a España con su orquesta en 1928 buscándose la vida. Sus discos muestran que era un saxofonista excepcional, así que asimiló fácilmente los sones flamencos que comenzó a tocar para el público en espectáculos taurinos en 1932. Escuchado su virtuosismo, la prensa comenzó pronto a llamarle “el saxofón humano”, “el negro del alma gitana” y “el Marchena del saxofón”, entre otros calificativos.

Debutó en el Price de Madrid con la banda Estrellas Negras (excelente cuadro de profesores, todos de piel negra), exhibiéndose en la pista del circo entre clamorosas ovaciones. Recorrió con sus espectáculos las principales plazas de toros del país y sorprendió gratamente al público interpretando con maestría y conocimientos los palos más musicales del cante jondo con su saxofón. Se casó con una valenciana y se asentó en Madrid. En 1935, la revista La Estampa lo incluyó en un reportaje sobre la presencia de negros en la capital [1]

[1] La Estampa, 9 febrero 1935 [1] La Estampa, 9 febrero 1935

[1] La Estampa, 9 febrero 1935

Fernando Vilches

Nació en Jaén en 1897. Era músico militar y también se animó a tocar flamenco con el saxo cuando escuchó al Negro Aquilino. Ya en 1928 actuaba en Unión Radio con su orquesta interpretando composiciones propias y haciendo solos de saxofón. Entre 1934 y 1941 acompañó a la Argentinita. Durante la guerra civil dirigió la banda de las Brigadas Internacionales, pero como era afiliado al Partido Comunista y al sindicato UGT, en 1939 se exilió a Francia, donde fue internado en un campo de concentración. Consiguió salir y embarcarse hacia Méjico y allí fijó su residencia desde 1940, integrándose en el grupo musical Alhambra. Regresó a España en 1946.

Fernando Vilches, saxofonista flamenco. (Foto: Fundación Pablo Iglesias) Fernando Vilches, saxofonista flamenco. (Foto: Fundación Pablo Iglesias)

Fernando Vilches, saxofonista flamenco. (Foto: Fundación Pablo Iglesias)

Una actuación suya en la plaza de toros de Madrid fue muy festejada por la prensa, que la describió cómo “hace hablar al saxofón” y cómo la guitarra enriqueció su toque flamenco [2]

[2] Heraldo de Madrid, 22 agosto 1932 [2] Heraldo de Madrid, 22 agosto 1932

[2] Heraldo de Madrid, 22 agosto 1932

Grabaciones de discos

Vilches fue el primero en grabar, acompañado por una guitarra flamenca, en 1932, pero Aquilino fue el primero en tocar y grabar los palos flamencos acompañado de piano. La habilidad de ambos consistió en darle una fuerza expresiva a su toque para que el saxofón sonara lo más parecido a la voz humana. Y es que este instrumento de viento se asemeja más que otros a nuestra voz y expresa mejor el sentimiento del cante flamenco. Además, todo ello implicaba que los dos tenían un conocimiento musical muy vasto y una creatividad aplicada con justeza a los cantes. Eran auténticos magos.

Las guitarras que los acompañaron fueron las de Ramón Montoya y Pepe de Badajoz a Vilches, y las de Sabicas, Manolo de Badajoz y Rafael Nogales al Negro Aquilino, al que también acompañó el piano de J. Manuel Beltrán.

Las recopilaciones efectuadas arrojan un total de 19 piezas de Aquilino y 6 de Vilches. Grabaron fandanguillos, fandangos por bulerías, guajira, milonga, media granaína, colombiana, peteneras, asturiana por bulerías, canciones, pasodobles, garrotín y piezas militares con diversas discográficas. Odeón-La Voz de su Amo fue la que más discos les grabó [3]

[3] La Voz de su Amo, 1933 [3] La Voz de su Amo, 1933

[3] La Voz de su Amo, 1933

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