luis troya. reportero de 'policía internacional'

"La 'mordida' está extendida con toda naturalidad"

  • 'Callejeros' dedica desde hoy en Cuatro una serie sobre los agentes en ciudades de extremo peligro

La productora de Callejeros, Molinos de Papel, estrena esta noche en Cuatro una nueva serie dedicada a las fuerzas de seguridad en países donde las fronteras entre delicuentes y policías no terminan de estar aclaradas. El extremeño Luis Troya y Mercedes Forner son los dos reporteros que han conocido de primera mano, haciendo patrulla con los propios agentes, veinte departamentos de policía en lugares peligrosos. Son auténticas crónicas de guerra. Policía internacional se estrena hoy a las 22:30 en Cuatro. -Morelia, en Michoacán, con la droga convertida en industria; y el extrarradio de Guatemala, donde las bandas campan a sus anchas. Lugares donde usted ha estado y que por ahora no están previstos en las guías de viajes.

-Y yo no los recomendaría para visitar como turista. No lo intenten. Son lugares realmente difíciles y peligrosos. Nada que ver con nuestra vida habitual en España y mucho peor que en los barrios marginales de nuestro país.

-¿Ha sentido realmente miedo en estos trabajos?

-En Morelia, en México, ya me dijeron que el cártel de la droga sabía que estábamos allí, que sabían que íbamos con la policía y que por eso nos observaban como cómplices. Eso te hace mirar a tus espaldas siempre y echar al menos el pestillo a la puerta de tu cuarto en el hotel. En Guatemala, en el último día, asistimos a tres asesinatos. Ya, instintivamente, cuando llegué a mi habitación, puse la mesa contra la puerta. Experiencias así te marcan, cuando sientes muy de cerca que la vida no vale nada.

-¿En Policía internacional también tienen el punto de vista de los delicuentes?

-Hasta ahora, en Callejeros, habíamos ido por nuestra cuenta. El objetivo en esta serie es conocer de cerca el punto de vista de la policía. Queríamos saber la realidad de ese trabajo. La policía en estos países no goza de confianza y son conscientes de la falta de dotación.

-Será difícil mantenerse limpio en esas condiciones.

-Precisamente estos cuerpos quieren erradicar la mala imagen y han facilitado nuestro trabajo. Es difícil quedar libre cuando la corrupción afecta a todos, incluso a los periodistas, lo hay que también presionan al poder con sobornos. En el reportaje de México hemos grabado cómo la gente se presta a sobornar a la policía para evitar cualquier multa. La mordida está extendida con normalidad, con toda naturalidad, en todas partes.

-La policía se vigilará entonces a sí misma...

-En México también captamos de madrugada un episodio de bronca con unos policías militares que habían agredido a varios tipos en un local. Me aparto para contar lo que sucede porque ahí exigieron que retiráramos las cámaras.

-¿Van a sacar todo lo que grabaron?

-Sí, aprovechamos todo en el montaje, sin ocultar nada de interés porque esa era nuestra misión. La Policía tiene una realidad completamente diferente a la nuestra en esos países. Aquello en verdad es una feria, cualquiera porta armas y todo así es más difícil.

-¿Habría solución con un mayor control de las armas?

-Las armas forman parte de la vida como un objeto más. Sería deseable un férreo control. Es fácil buscar soluciones desde fuera pero desde dentro todo se complica.

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