Robots e inteligencia artificial: así es el fútbol chino sin humanos
RoBoLeague es el campeonato nacional de fútbol entre robots autónomos, en un torneo que combina espectáculo futurista y un desafío tecnológico sin precedentes: que las máquinas puedan vencer algún día a los campeones humanos.
Las aplicaciones de la visión artificial se centran en la vigilancia masiva

Pekín/Mientras los estadios chinos siguen esperando el día en que su selección nacional logre brillar en el fútbol humano, justo después del despido de su último seleccionador tras un nuevo fracaso mundialista, el croata Branko Ivankovic, en las canchas de alta tecnología del país los goles ya son cosa de robots. Allí, entre luces, algoritmos y acero, los campeones no corren sobre césped, sino que avanzan impulsados por inteligencia artificial (IA).
El equipo Vulcan de la universidad de Tsinghua ganó este fin de semana por 5 a 3 la final de la RoBoLeague, el campeonato nacional de fútbol entre robots autónomos, en un torneo que combina espectáculo futurista y un desafío tecnológico sin precedentes: que las máquinas puedan vencer algún día a los campeones humanos.
Fútbol sin humanos, goles de IA
El fútbol de la RoBoLeague no es un videojuego ni un simple espectáculo de robots teledirigidos, porque aquí no hay controladores humanos detrás del escenario ni manos apretando botones. En el campo, los protagonistas son robots humanoides autónomos, que ven, piensan y actúan por sí mismos gracias a algoritmos de IA. Una vez tomada la decisión, los comandos se traducen en movimientos precisos que activan sus motores y articulaciones.
"El fútbol no funciona con control remoto. Se trata de programar algoritmos para que los robots actúen de forma autónoma", explica Chen Hao, fundador de la empresa tecnológica Booster Robotics, uno de los impulsores del campeonato. Según el ingeniero, la clave está en que los robots puedan "reconocer las líneas, las porterías, a los compañeros y a los rivales utilizando la visión", y que tomen "decisiones en tiempo real, como ocurre en la industria o en los hogares".
Los partidos se disputan en formato de tres contra tres, en dos partes de 10 minutos, con reglas similares al fútbol humano, árbitros en el campo y hasta camilleros listos para asistir a los robots caídos, en un juego donde hay choques, goles salvados en la línea y errores defensivos dignos de un niño de seis años, el nivel que, según sus creadores, han alcanzado estas máquinas.
Espectáculo tecnológico para todos los públicos
La final de la competición no se jugó en un estadio tradicional, sino en el futurista Beijing Smart E-Sports Event Center, un recinto iluminado por pantallas gigantes, efectos de niebla y música electrónica, además de otros autómatas realizando todo tipo de labores, como preparar tortitas para los asistentes.
El centro está ubicado en Yizhuang, el distrito tecnológico del sur de Pekín, convertido en polo de la industria robótica y sede de decenas de empresas punteras del sector.
En las gradas, familias y estudiantes seguían las jugadas con más emoción que en un partido de la Superliga china, mientras las cámaras enfocaban a los robots listos para saltar al campo.
En la pista, cada equipo pone a prueba meses de trabajo: no solo se calibran motores y sensores, también se ensayan jugadas, se programa la estrategia y se entrena la cooperación. "Como en cualquier equipo de fútbol, la táctica marca la diferencia", resume Wang Yushi, capitán del equipo campeón.
China acelera su carrera robótica
El fútbol robótico es solo una pieza más del ambicioso plan chino para normalizar la presencia de humanoides en la vida cotidiana.
En los últimos meses, Pekín fue escenario de la primera media maratón urbana con robots, Hangzhou acogió un campeonato de boxeo entre máquinas y en Wuxi se celebraron los primeros Juegos Nacionales de Robots, donde los androides compitieron en pruebas deportivas y de rescate.
Detrás de estos eventos hay algo más que exhibiciones futuristas. China busca liderar la carrera global en robótica humanoide y avanzar hacia un objetivo tan simbólico como tecnológico.
Ese desafío lo marca la RoboCup, la principal competición mundial de fútbol entre robots desde su edición de 1997, que pretende que antes de 2050 un equipo de máquinas logre vencer a los campeones humanos del planeta.
"China está en la vanguardia global de la robótica", asegura Chen, quién agregó que espera que la edición de este año a celebrarse en Salvador, Brasil, sirva para "demostrar la fortaleza de nuestro país en deportes impulsados por inteligencia artificial y en innovación tecnológica".
La coincidencia no pasa desapercibida: ese mismo año, 2050, es la fecha límite que se ha marcado el presidente chino, Xi Jinping, para que la selección nacional conquiste por fin su primer Mundial humano. Si ambos deseos se cumplen, los robots tendrían que enfrentarse -y derrotar- a sus propios creadores.
También te puede interesar