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El municipio de Vícar, pionero en la provincia en la técnica del riego por goteo

  • El llamado “milagro de Almería” tiene su inicio en una experiencia innovadora surgida en Vícar, allá por el año 1970, cuando se aplicó por vez primera en la Península esta técnica a los cultivos

Antonio Bonilla, alcalde de la localidad de Vícar.

Antonio Bonilla, alcalde de la localidad de Vícar. / DIARIO DE ALMERÍA

En cierta forma, las bases de lo que es hoy el modelo de eficiencia hídrica de la agricultura almeriense, ejemplo en todo el mundo por su maximización de resultados con el mínimo empleo de recursos, tuvo su origen en el municipio de Vícar, que fue el primero de la provincia en el que se implantó el riego por goteo de una explotación. Desde entonces han pasado más de 50 años y el gran motor económico de la provincia, con todo lo que ello conlleva en lo social y cultural, lo es también para esta localidad ubicada en el corazón mismo del Poniente almeriense, que sabe bien de la importancia del líquido elemento para que todo, desde todos los puntos de vista, fluya como fluye.

Vícar apuesta claramente “por el cuidado de un bien tan escaso que es vital para el principal motor económico de nuestra economía como es la Agricultura”, sostiene el alcalde vicario, Antonio Bonilla, quien apunta que resulta fundamental seguir trabajando por “el uso eficiente del agua”, algo que considera “determinante, por lo que debemos poner en marcha aquellos recursos tecnológicos que nos lleven a cumplir ese objetivo”.

“El agua es fuente de vida, por eso, cuando hablamos de ella nos referimos a un recurso primordial y vital para la humanidad y para nuestro planeta”, expone Antonio Bonilla. “Todos necesitamos de ella y también de ella depende gran parte de la riqueza que se genera a nuestro alrededor. La agricultura o el turismo, principales motores de la economía local, tienen en el agua su principal activo, y constituyen verdaderas fuentes de riqueza, capaces de revertir de un modo positivo en la economía de la zona”. El llamado “milagro de Almería” tiene su inicio en una experiencia innovadora surgida en Vícar, allá por el año 1970, cuando se aplicó por vez primera en la Península el riego por goteo a los cultivos. Fue en la finca Las Fresas, en el término municipal de Vícar. Una novedosa idea que permitió un aprovechamiento excepcional del agua, que cambió de un modo radical la agricultura tradicional y que ha sido clave en el desarrollo y el espectacular crecimiento del sector agrícola y por ende de la economía, tanto la vicaria como la almeriense.

Pero “aquella gota que lo cambió todo hay que conservarla y mantenerla”, entienden desde el Ayuntamiento, y para ello “es imprescindible llevar a cabo una gestión sostenible que permita administrar adecuadamente los recursos hídricos, tanto subterráneos como superficiales, en base a un correcto equilibrio entre las necesidades de la sociedad y las propias del medio ambiente natural”. En la realidad más cercana para los vicarios, la de la Comarca del Poniente almeriense, “el agua es un bien tan escaso como imprescindible y su gestión se convierte en un asunto prioritario, teniendo en cuenta la crítica situación de sus acuíferos, declarados sobreexplotados desde 1995”, aluden.

Consumo racional del agua 

Al hilo, el alcalde Bonilla considera que “el uso eficiente del agua es determinante, por lo que debemos poner en marcha aquellos recursos tecnológicos que nos lleven a cumplir ese objetivo y recuperar el acuífero. Por eso, en Vícar, redoblamos esfuerzos por hacer un uso responsable de este bien escaso, apostando por un consumo racional del agua, utilizando más del 50% procedente de la desaladora del Campo de Dalías para el uso doméstico, de modo que el agua de los pozos se emplee exclusivamente para el mantenimiento de nuestra agricultura, con el objetivo de mitigar en lo posible el déficit hídrico de nuestro campo, que se sitúa en torno a los 200 hectómetros cúbicos, al menos hasta que las nuevas técnicas de desalación permitan abaratar los costes del agua desalada”.

Todas las líneas de investigación, consideran al fin desde el Ayuntamiento de Vícar, “tienen que ir dirigidas a optimizar la obtención del agua y conseguir en un horizonte a medio plazo, la eficiencia permanente en el consumo, mediante la utilización de nuevos recursos energéticos, que hagan compatible un uso responsable del agua, con unos costes de producción asequibles, preservando en todo momento el medio ambiente y el equilibrio de nuestro entorno natural”.

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