Coronavirus

Los bares y las normas anticovid no se llevan bien

Camarero desinfectando una mesa para que sea ocupada por la clientela

Camarero desinfectando una mesa para que sea ocupada por la clientela / ARCHIVO

¿Es posible hacer que las barras sean seguras en una pandemia? Un experimento en Escocia el verano pasado fracasó, según una nueva investigación publicada esta semana en la revista Journal of Studies on Alcohol and Drugs.

En pleno proceso de desescalada de la tercera ola por Covid-19 en Andalucía son muchas las voces que han vuelto a abrir el debate sobre si se deberían abrir ya bares restaurantes sin limitaciones en nuestra comunidad. Salud advierte de que no se ampliarán los horarios de bares y comercios por ahora.

Y es que, tal y como se recoge en el estudios al que hacemos referencia en esta noticia, a pesar de los esfuerzos por parte de los dueños de los bares para implementar medidas de seguridad, los clientes y el personal no cumplirían ni siquiera con las medidas más simples destinadas a prevenir la propagación.

¿Es entonces un problema de educación y de la condición humana a no respetar las normas? Investigadores de la Universidad de Stirling (Escocia) como Niamh Fitzgerald, encontraron que conseguir que la gente adopte las actitudes necesarias para seguir adelante puede no ser tan fácil. Visitaron 29 bares para observar cómo funcionaban estas medidas de seguridad en la práctica real. 

El riesgo de la noche y el efecto del alcohol

Un trabajador tras la barra de El Rinconcillo. Un trabajador tras la barra de El Rinconcillo.

Un trabajador tras la barra de El Rinconcillo. / Juan Carlos Vázquez (Sevilla)

El resultado no pudo ser más desalentador. Personal que no usaba mascarillas de forma permanente, algunos se la bajaban constantemente para hablar con los clientes, serios problemas de espacio para evitar que la clientela estuviera demasiado junta. Gran parte del riesgo que observó el equipo fue por las noches, cuando los clientes bebían.

Y es que los investigadores señalan que el consumo de alcohol puede afectar a los sentidos, lo que dificulta físicamente el cumplimiento de las medidas de seguridad. También puede reducir las inhibiciones, lo que hace que las personas simplemente se preocupan menos por cumplir la normativa. He aquí el principal inconveniente que tienen las autoridades por regular una industria en la que habitualmente el cliente siempre tiene la razón y puede ser difícil para el personal hacer cumplir las normas anticovid. 

Autocontrol y ayudas

Fitzgerald cree que los bares pueden mitigar cierto nivel de riesgo al comunicar claramente las expectativas y tratar de crear una atmósfera de 'autocontrol' entre los clientes. Y que los gobiernos pueden ayudar a eliminar el riesgo mediante la implementación de medidas de presión, pero no hay forma de eliminar el riesgo por completo.

En Sevilla, el presidente de la Asociación de Hosteleros de Sevilla, Antonio Luque, aseguró el mes pasado que el sector acepta las medidas y va a colaborar porque la salud es lo primero, pero recuerda que siguen en un momento muy crítico y rechaza que se les señale como los grandes responsables de los contagios cuando los datos de incidencia no dicen lo mismo ¿Cuál puede ser la solución entonces? Un paquete de ayudas directas para evitar que los bares sigan cerrando (de 4.500 se ha pasado a 3.000 sólo en Sevilla).

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