Contenido ofrecido por Fundación Integra

20 años de integración social

  • Fundación Integra es una entidad social que ofrece una segunda oportunidad, como un nuevo renacer, a personas que se encuentran en exclusión social y con discapacidad

Ana Botella, en el centro, es la presidenta ejecutiva de la Fundación Integra, que este año cumple su 20 aniversario.

Ana Botella, en el centro, es la presidenta ejecutiva de la Fundación Integra, que este año cumple su 20 aniversario.

Estas dos décadas de historia comenzaron en 2001, año en el que se crea la fundación por la inquietud personal de su presidenta ejecutiva, Ana Botella, quien se dio cuenta de que en una época de auge de empleo en España, como así era en aquel momento, había muchas personas que se quedaban fuera del mercado laboral y al otro lado de la barrera social. Con la convicción de que el empleo es la mejor medida social, la entidad se centra en atender a personas que viven o han vivido situaciones muy complicadas –como exdrogodependientes, reclusos y exreclusos, personas sin hogar, mujeres víctimas de violencia o personas con discapacidad– que dificultan que puedan acceder a un empleo digno que les permita salir adelante en su ruta vital.

Creando alianzas

Desde la Fundación Integra trabajan en red forjando alianzas y en colaboración con entidades sociales, las que atienden de forma más asistencial a estas personas, y empresas, ofreciendo oportunidades laborales y apoyando su integración de muchas formas: voluntariado corporativo, proyectos, sensibilizando, financiando… Desde 2001 han facilitado 17.000 empleos (1.400 personas integradas al año) con 240 entidades sociales.

Y es que, cuando estas personas llegan a la Fundación Integra, viven en situaciones económicas dramáticas, De hecho, explican desde la entidad, "muchos no pueden pagar un techo o un plato de comida, viven de recursos públicos y sociales, no tienen ni un euro para pagar el autobús". Carecen, además, completamente de motivación, autoestima, esperanza y confianza para abordar el reto de la integración y la puesta en marcha de una vida que, en ocasiones, empieza de cero. Porque, no lo olvidemos, "están aislados y no cuentan con redes de apoyo, ya que la exclusión les ha llevado a romper los lazos familiares y personales". Asimismo, sin formación ni experiencia laboral previa, "muchos ni siquiera han tenido oportunidad de formarse y otros no han trabajado nunca o llevan años alejados del mercado laboral".

Empleo en tiempo de Covid

El momento actual de crisis originado por el Covid-19 está impactando en las personas más vulnerables de la sociedad con especial drama. En 2019, 8,5 millones de personas ya estaban en riesgo de exclusión social en nuestro país y 6 millones se encontraban en condiciones de vulnerabilidad con un alto riesgo de dar el paso definitivo a la exclusión (VII Informe sobre exclusión social y desarrollo en España. Fundación Foessa 2019). Muchos, desgraciadamente, ya han dado ese paso.

"El 65% de beneficiarios integrados en el primer trimestre del 2020 perdieron su trabajo como consecuencia de la pandemia. A ellos se suman las personas en exclusión que ya estaban desempleadas antes de la misma", analizan desde la fundación.

La Fundación Integra cumple 20 años. La Fundación Integra cumple 20 años.

La Fundación Integra cumple 20 años.

¿Qué supone tener un empleo para una persona en exclusión?

La libertad de Sonia

En estos 20 años, ejemplos de superación hay muchísimos. Como Sonia, víctima de violencia de género, quien gracias a la fundación reunió todas las fuerzas que pudo. "La formación recibida fue todo para mí, porque aprendí a realizar un CV, a cómo comportarme en una entrevista de trabajo y pude recuperar muchísima fuerza interior". A los seis meses ya estaba trabajando, "algo que me cambió la vida", reconoce. "Sin un trabajo una mujer maltratada no podría seguir adelante. El mío me ha hecho libre, como un pajarito".

El renacer de Juan Carlos

El relato de Juan Carlos, un señor que ha vivido en la calle, también emociona. Fue trabajador autónomo durante 30 años y la crisis le llenó de deudas. No pudo afrontar los pagos y llegó a la mendicidad porque no podía salir adelante. "He vivido en una casa que no tenía ni agua, ni luz, con ratas, sin calefacción... Me sentía excluido y apartado", lamenta. Gracias a la Fundación Integra amplió otros conocimientos que no tenía, acabó la formación y le llamaron donde está ahora. Sin su ayuda, declara, "mi situación sería seguir viviendo en la oscuridad, en la penumbra, en el aislamiento, en la tristeza...". El trabajo, asegura, "me ha aportado integración, reconocimiento personal, autonomía para poder sobrevivir. Me abrieron una puerta y la he aprovechado".

En la imagen, José Antonio. En la imagen, José Antonio.

En la imagen, José Antonio.

La seguridad de José Antonio

José Antonio comenzó a consumir drogas muy pronto y, a los 28 años, tuvo que empezar a robar para mantener el consumo, lo que le condujo a estar en la cárcel durante 20 años. "Cuando sales te das cuenta de que el mundo no ha parado, el que has estado parado has sido tú". Al poco tiempo de recibir la formación, encontró su primer trabajo. "Cuando te dan una oportunidad tienes que darlo todo, porque no es una opción volver a prisión. Yo he empezado de cero y nunca me he sentido juzgado por nadie, lo que te da libertad porque, a la misma vez, recibes la confianza de la empresa". Su trabajo, reitera, "me aporta seguridad, independencia y me aleja el miedo".

La fuerza de Teresa

A Teresa, por último, le diagnosticaron fibromialgia, lo que le supuso un 33 % de discapacidad. Estuvo siete años en casa sin poder levantarse de la cama, sin poder cuidar de sus hijos, sin poder trabajar. “No podía hacer nada”, reconoce con tristeza. Todos los días pensaba que necesitaba un trabajo pero no tenía las fuerzas necesarias para tirar adelante. Hasta que fue a la Fundación Integra. Anímicamente, apunta, "me dieron esas ganas y esas fuerzas que necesitaba". Su actual trabajo le ha aportado mucha felicidad y tranquilidad. A las empresas les demanda que apuesten por ellos, que no les van a defraudar. "Aunque tengamos una discapacidad, vamos a poder hacerlo muy bien porque tenemos muchísimas ganas de demostrar que somos como las personas que no la tienen". Y es que, enfatiza, "la vida me ha cambiado en todo porque cuando tienes un trabajo te sientes útil, te sientes bien. Y hay muchas personas que necesitan ese apoyo, que cada día llaman a esta puerta, a la puerta de la Fundación Integra".

Infórmate: www.fundacionintegra.org