Semana Santa

El obispo de Huelva invita a vivir la Semana Santa en familia

  • Recuerda en su carta pastoral los esfuerzos de muchas personas en esta situación que se vive por la pandemia

El obispo de Huelva ante la Virgen de la Cinta, en una imagen de archivo.

El obispo de Huelva ante la Virgen de la Cinta, en una imagen de archivo. / Alberto Domínguez

Una Semana Santa muy distinta, así se refiere el obispo de Huelva, José Vilaplana, en la carta pastoral que publica con ocasión de las celebraciones más importantes para la Iglesia Universal, por el confinamiento en el que se vive como consecuencia del estado de Alarma por el coronavirus.

Asegura que aunque “oiremos a veces la expresión este año no hay Semana Santa, no es así”. “Sí hay Semana Santa, aunque la celebraremos de forma diferente: no habrá procesiones en la calle; las celebraciones litúrgicas se realizarán sin presencia de fieles y, sin embargo, habrá Semana Santa, porque los cristianos no podemos dejar de hacer memoria de Jesucristo, muerto y resucitado por nosotros”.

Así en las iglesias siempre se han celebrado solemnemente estos misterios, “salimos a las calles para contemplar los pasos del Señor y de su Santa Madre, que nuestras hermandades muestran como una catequesis llena de arte y belleza. Este año no podrá ser así. Soy consciente de lo duro que resulta para todos los creyentes no poder participar en esta liturgia y, especialmente, para los cofrades, no poder vivir como en otras ocasiones lo que preparáis con tanta ilusión y esfuerzo”.

Sin embargo, entiende que esta es una oportunidad nueva para vivir la Semana Santa, “avivando nuestra fe y haciéndolo en familia, como iglesia doméstica”. Así resalta que “es esta, pues, la Semana Santa del corazón y de la familia”.

Una situación no elegida, “que nos llena de preocupación y tristeza, sobre todo a quienes han vivido situaciones más dramáticas en el seno de sus familias”. En este sentido, el obispo de Huelva tiene presente a todos en su carta pastoral: “Estamos haciendo un gran esfuerzo quedándonos en casa. Los padres estáis cuidando a vuestros pequeños, convirtiendo vuestros hogares en escuela y ‘patio’. Los mayores deseáis abrazar a vuestros hijos y nietos, mientras permanecéis solos. Los sacerdotes sufrís por celebrar sin la presencia del pueblo y no poder acompañar a las familias como quisierais. Todos los trabajadores que lucháis en primera línea contra esta pandemia estáis sobrecargados, dándonos un ejemplo extraordinario de dedicación, entrega y profesionalidad, que admiramos y agradecemos”.

En esta circunstancia recuerda especialmente a un Cristo crucificado que “está al lado del que sufre” y de un Cristo resucitado, que “nos da a todos su luz y esperanza”.

En este nuevo escenario, José Vilaplana tiene algunas recomendaciones para vivir esta Semana Santa tan especial. En primer lugar siguiendo por la televisión las celebraciones del papa Francisco, “unidos a él en este momento de dolor para la humanidad entera”. A la misa hora de esas celebraciones, el obispo de Huelva, celebrará los sagrados misterios “en casa, unido al Papa y a todos vosotros”.

Pensando en los más pequeños invita a poner en las casas “un pequeño altar con el crucifijo o una reproducción de la imagen del Señor y de la Santísima Virgen, una Biblia y una vela, donde podáis comenzar y terminar la jornada con una sencilla oración, recordando el misterio que contemplamos cada día, ayudados por los textos de la Sagrada Escritura”. Con una indicación muy especial: “Rezad intensamente por los difuntos, enfermos y familiares afectados por esta enfermedad del coronavirus”.

En cuanto al ayuno en el Viernes Santo, en años anteriores todos quedaban dispensados, este año, sin embargo dice que “podéis redescubrirlo”. Al mismo tiempo que buscar momentos de silencio para la oración.

En cuanto al Domingo de Resurrección invita a festejarlo en familia “esta victoria que sostiene nuestra esperanza”, sin olvidar “que es el día central del año cristiano y debe resonar en nosotros la alegría del Aleluya”.

E invita a una comida especial: “ sacad vuestro mejor mantel y decorad la mesa, tal vez con algún adorno que puedan hacer vuestros hijos, y bendecid la comida, aún modesta, con una especial solemnidad”.

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