Semana Santa

El Señor de Huelva derrocha fe por las calles de la ciudad

El Cristo del Nazareno portado en parihuela en su Vía Crucis.

El Cristo del Nazareno portado en parihuela en su Vía Crucis. / Rafa García (Huelva)

Ya huele a Semana Santa en cada rincón, la Semana Grande se acerca amenizada por la música de capilla que acompaña a la imagen. La devoción en Huelva no cesa y los seis ciriales asomándose por la puerta de la Concepción anuncian la salía del Señor del Nazareno. En la calle abarrotada se sentía el latir del sentimiento cofrade. 

El rezo de los devotos en la calle Concepción se rompe con el sonido del llamador al caer la tarde. El rachear de los costaleros en el silencio anuncia el camino del Señor hacia la cruz, donde un Padre Nuestro llena la boca de los creyentes que se abarrotan el centro de Huelva.

Este Vía Crucis con motivo de la Coronación de María Santísima de la Amargura, titular de la hermandad, espera impaciente el próximo 17 de junio donde la Placeta acogerá el glorioso acto donde Huelva rebosará Fe. 

El Cristo del Nazareno ante la Virgen de la Esperanza. El Cristo del Nazareno ante la Virgen de la Esperanza.

El Cristo del Nazareno ante la Virgen de la Esperanza. / Rafa García

La esquina con la calle Vázquez López rebosaba de gente donde se rezaba la sexta Estación y los costaleros hacían su relevo para portar al Señor de Huelva en su camino hacia la capilla de la Esperanza. 

La Cruz de Guía se abría camino en un mar de cirios morados que alumbraban la noche que caía en Huelva. Los portadores, muy lejos del costal de la madrugada soñada del  Viernes Santo, aguardaban su próximo relevo sin dejar de mirar a los ojos del Señor.

La calle Concepción fue testigo de las estaciones rezadas por todos los onubenses presentes y se veía la devoción en los rostros de los mayores y de los más pequeños donde se podía escuchar  ‘mamá ahí viene el señor’.

La calle abarrotada en la salida por la Calle Concepción. La calle abarrotada en la salida por la Calle Concepción.

La calle abarrotada en la salida por la Calle Concepción. / Rafa García (Huelva)

En capilla de la Esperanza se sentían los nervios de una gran expectación que  aguardaba la espera del Nazareno, que se plantaría ante el altar de la Virgen donde finalizaba el rezo de esta devota hermandad. Como si de un Miércoles Santo se tratase la gente llenaba la calle donde apenas se podía caminar y las ganas de la llegada del Viernes de Dolores estaban latentes en el ambiente. 

En estos días de Cuaresma las temperaturas de primavera llegan a la ciudad durante esta tarde noche de fervor. Las Hermanitas de la Cruz también reciben el Vía Crucis en la plaza Niña para rezarle entre la multitud que arropaba al Señor portado en parihuela. Desde su altar, la Virgen de la Esperanza, vestida de hebrea, presenciaba como se abrían las puertas del cielo para recibir a la hermandad en su recorrido.

El Cristo del Nazareno en las puertas de la Iglesia de la Concepción. El Cristo del Nazareno en  las puertas de la Iglesia de la Concepción.

El Cristo del Nazareno en las puertas de la Iglesia de la Concepción. / Rafa García

Cuando el Señor de Huelva se asomaba por la calle se hizo el silencio y se adentró en la Iglesia para continuar su rezo. A su salida, la voz de Marta Gómez retumbó al cante de una saeta que quebraba el aire. 

Después de tanta devoción la hermandad del Nazareno emprendía su camino de vuelta hacia la Parroquia de la Concepción seguido, como siempre, por su ciudad que le arropa en su caminar en silencio, al compás de un anhelado racheo. Allí le aguardaba el rezo del Padre Nuestro.

Muchos cofrades con lágrimas en los ojos veían llegar a su Cristo que cerraba las puertas de su templo hasta la soñada Madrugá de Huelva.

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