La agricultura de Huelva exige planificación y obras hídricas urgentes para no seguir a merced de la lluvia
La cuarta edición de 'La Noche de los Frutos Rojos', organizada por Huelva Información, Grupo Joly y Freshuelva, evidencia la urgencia de actuar ante la amenaza de la sequía
La cita, consolidada como preámbulo del Congreso Internacional de Frutos Rojos, reúne a diferentes actores del sector de las 'berries' para tratar los retos presentes y futuros en el campo onubense
El sector de los frutos rojos de Huelva reafirma su apuesta por reforzar su comunicación ante la desinformación
La sostenibilidad económica y la falta de mano de obra centran algunas de las preocupaciones del sector agrícola en Huelva

Huelva/La agricultura onubense no puede seguir pendiente del cielo. Una frase que resume el sentir de un sector clave para la economía provincial, que sigue dependiendo de las lluvias ante la falta de infraestructuras hídricas. Esta preocupación volvió a ponerse sobre la mesa este martes durante la cuarta edición de La Noche de los Frutos Rojos, celebrada en la Casa del Conquero y organizada por Huelva Información, Grupo Joly y Freshuelva, consolidándose ya como la antesala del Congreso Internacional de Frutos Rojos.
El evento, convertido en un referente anual, reunió a los principales exponentes de la agricultura y su industria auxiliar para debatir —en un formato distendido y dinámico, moderado por el director de Huelva Información, Javier Ronchel— sobre los retos presentes y futuros del campo onubense, que van desde la planificación hídrica hasta la escasez de mano de obra, pasando por otras cuestiones como la comunicación. La Noche de los Frutos Rojos cuenta con el patrocinio de Cajamar, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Huelva, así como con la colaboración de Biorizon, Politiv, Agrobío, Agrocolor, Fedemco, Anove, La Canastita y la Autoridad Portuaria de Huelva.

El día a día de los agricultores onubenses está marcado por la falta de infraestructuras para el agua, los incumplimientos históricos de los planes hidrológicos y la incertidumbre climática. Por ello, los protagonistas del evento insistieron en la necesidad de una planificación seria, dado que, sin una gestión hídrica fiable, con infraestructuras capaces de recoger y almacenar el agua cuando llueve, no hay futuro posible para una agricultura que ya ha demostrado ser eficiente, estratégica e innovadora.
"Huelva necesita fiabilidad y seguridad y ello depende de las infraestructuras que tienen que hacer las administraciones", subrayaba el presidente de Freshuelva, Francisco José Gómez, quien recuerda que, "pese a que este año llovió y tuvimos una campaña medianamente buena y sin restricciones, venimos de unos años en los que estuvimos apurados, con la incertidumbre de si la campaña la terminábamos o no...". Y Huelva, añadía, "no puede depender del cielo". "Al igual que hacemos una planificación comercial, también hay que hacer una planificación del agua porque tenemos que tener fiabilidad 100% en el suministro", expresaba Gómez, que también reconocía "que somos un eslabón más de una cadena del agua en la que también están los hogares, la industria, el hidrógeno verde, pero nosotros también somos importante".

Una consideración que comparte también el gerente de Huelva Riega, Jorge Forné, que destacaba que un sector como el de las berries, "que moviliza todos los años unos 2.000 millones no euros, no puede estar mirando al cielo, de ahí la importancia de que se hagan todas las infraestructuras que reivindicamos". A su juicio, "ahora que estamos en un tiempo de bonanza, es buen momento para planificar la próxima sequía para que cuando llegue -que llegará-, no nos encontremos con problemas".

Sobre la mesa ponía la directora general de Fresón de Palos, Silvia Gómez, la necesidad "de una planificación" porque "tenemos que tener claro lo que va a pasar, no el otoño que viene, sino de cara al siguiente también porque somos un sector intensivo en capital, que ponemos el dinero y que no sabemos si lo recuperaremos. No se puede depender de si va a llover o no y de estar mirando continuamente el cielo", comentaba Gómez, quien recordaba que la situación no es muy diferente a la del pasado año, pues lo único que cambia es que este año llovió".

De su lado, el delegado territorial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Álvaro Burgos, defendió la necesidad de "planes hidrológicos realistas, con compromisos claros por parte de las administraciones", y criticó que estos planes hayan incorporado infraestructuras que finalmente no se ejecutasen. Advirtió, además, sobre "el riesgo de sequía si el otoño no es lluvioso, pese a que los embalses onubenses están al 70% de su capacidad, y recordó que, "si pasa como años atrás, que tuvimos dos años de sequía, estamos en la UCI porque restricciones del 25% o el 50% son muy difíciles de soportar en el riego". Asimismo, daba otro dato más, lamentando que "en los últimos tres años, por el ámbito del Odiel hemos dejado escapar 1.100 hectómetros cúbicos que, de tener hechas Alcolea o Coronada, los hubiéramos recogido".

Entrando en materia de infraestructuras, Burgos aseguraba que "trato de darle sentido común y realidad a la cuestión". Y la realidad, proseguía, "va por dos caminos: el primero es que las administraciones hagan lo que tienen que hacer, lo que no es fácil ni rápido", anticipaba. "No es fácil porque son cientos de millones y no es rápido porque son infraestructuras muy prolongadas en el tiempo", momento en el que ponía el ejemplo del Túnel de San Silvestre o de Alcolea, "que parece que el Gobierno nos planteará a la Junta de Andalucía que la hagamos -esta última-, pero ya digo que sin unas tuberías que conduzcan el agua -canal de Trigueros- no estamos en posición de mirar al futuro". Y aquí lanzaba esa segunda realidad, que pasa "porque cada administración diga va a hacer y qué no", a sabiendas de que "si una administración hace las competencias de otra y hay que poner recursos, estos recursos saldrán de otras pendientes que no se harán". En cualquier caso, considera, "cualquier infraestructura de estas tarda en desarrollarse como mínimo entre cinco y diez años", aunque aseguró que la Junta de Andalucía "tiene la mano tendida a toda inversión en agua para el campo".
Como administración "amiga" también se mostró la Diputación Provincial, que ponía de manifiesto su compromiso por hacer todo lo posible porque las infraestructuras salgan adelante, así como por otras cuestiones en beneficio del campo onubense, "como la comunicación de cómo se optimiza el agua en Huelva, con la puesta en conocimiento de todo lo positivo de la contratación de trabajadores o con el centro agroexperimental de empresas puesto en marcha, al que se pueden incorporar empresas del sector que investigan para que la agricultura sea sostenible", coincidían el vicepresidente, José Manuel Zamora, y la diputada de Agricultura, Patricia Millán.

Mano tendida que el sector tiene también de Cajamar, cuyo director territorial del Sur y Extremadura, Raúl J. Ortega, manifestó que su entidad "está inquieta por saber en qué puede ayudar para que las inversiones en el campo se lleven a cabo". En este punto, Ortega recordaba su primera visita comercial en la provincia onubense, que fue en enero de 2024 a Fresón de Palos y aseguró que se sintió "hundido" ante la incertidumbre reinante "acerca de si iban a tener o no campaña por las lluvias, a lo que les dijimos que tendrían nuestro apoyo financiero en todo caso". Recordaba, en este sentido, que Cajamar "estuvo del lado de los agricultores en Almería y que fue la buena sintonía entre la caja y la sociedad almeriense lo que hoy nos lleva a una cuota de mercado superior al 50%".

Sobre este paralelismo que podrían llegar a tener Huelva y Almería, en palabras de Ortega, el gerente de Freshuelva, Rafael Domínguez, recordaba que la diferencia entre ambas provincias es que en la onubense "llueve". "Hay que tener sentido común y este nos dice que en Huelva llueve y necesitamos un recipiente que recoja esa agua para usarla cuando no llueve, así de simple", manifestaba refiriéndose a la importancia de tener infraestructuras que recojan esa agua. "Y dinero hay", por lo que animaba a una planificación de infraestructuras.
También se posicionaba a favor de las infraestructuras el director general de Cuna de Platero, Juan Báñez, quien reconocía "que ahora parece que Estado y Junta de Andalucía están alineados por el agua, y hay que empujarles para trabajar por las grandes obras". Eso sí, advertía, "tenemos muchas pequeñas limitaciones que hay que atajar y sobre las que no se ha hecho nada, como para montar embalses o para recoger agua de las propias parcelas".
La reivindicación de las infraestructuras hídricas se resume en tener seguridad. Así lo exponía el director general de Masiá Ciscar, José Ángel Hernández, quien recordaba que, "gracias a un abril y un mayo muy favorables, hemos tenido un año normal tirando a bueno", pero "no olvidemos que antes había llovido más de la cuenta y no salía la fresa". En este sentido, hacía autocrítica y sostenía que "no pocas veces productores y regantes no hemos sido capaces de ponernos de acuerdo con las infraestructuras a pedir y, sin embargo, deberíamos tener una sola voz a la hora de exigir". Además, quiso también poner en valor "las técnicas de ahorro, las más punteras del mundo", por lo que "estamos cansados también de escuchar discursos que tienen que ver con el hecho de que tenemos que ahorrar agua".
De esta incertidumbre y de momentos en los que el sector tuvo que actuar con importantes restricciones de agua, "sacamos en positivo lo que hemos aprendido en lo que se refiere al uso de recursos en situaciones límite, lo que nos lleva a un modelo de eficiencia grande", finalizaba sobre el tema el director financiero de La Canastita, Daniel Velo, que no escondía el "escenario de incertidumbre que acompaña al agricultor".
La agricultura onubense sigue esperando decisiones firmes que garanticen su viabilidad más allá de las lluvias. El consenso entre los representantes del sector es claro: hay que actuar ahora, mientras los embalses están llenos, para no repetir los errores del pasado. Con voluntad política, planificación y unidad, Huelva puede dejar de depender del cielo y consolidarse como un referente sostenible y seguro en la producción de frutos rojos.
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