La sostenibilidad económica y la falta de mano de obra centran algunas de las preocupaciones del sector agrícola en Huelva
Los agricultores exponen en 'La Noche de los Frutos Rojos' los retos que amenazan la viabilidad del modelo agrícola onubense, como el aumento de costes, la escasez de personal y las trabas a la innovación
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El sector agrícola expresó este martes en la cuarta edición de La Noche de los Frutos Rojos su preocupación por la sostenibilidad económica. Una cita que, organizada por Huelva Información, Grupo Joly y Freshuelva, puso de manifiesto inquietudes como la falta de mano de obra o el freno a la innovación por las barreras institucionales.
A juicio del presidente de Freshuelva, Francisco José Gómez, "hay que fomentar la contratación en origen". Una realidad que también respaldaba el director general de Masiá Ciscar, José Ángel Hernández, quien afirmaba que "si la falta de agua es el infarto, la mano de obra es el cáncer y no damos con la solución", porque "no hay mano de obra suficiente para afrontar las capacidades que tenemos en el campo".
Pese al potencial productivo y la experiencia acumulada, muchas explotaciones no pueden ni crecer ni invertir al ritmo deseado por esa falta de personal. La contratación en origen, señalan, "sigue sin dar los resultados esperados". A ello se suman otras cuestiones en materia laboral, como una subida del 40% del SMI en cuatro años, que, según Daniel Velo, director financiero de La Canastita, ha elevado los costes sin que el mercado haya respondido con mejores precios para la fruta.
Del mismo modo, Gómez lanzaba una reflexión sobre la desinfección de suelos, señalando que "estamos en un mercado común y no estamos en igualdad de condiciones que el resto de países europeos por las limitaciones que tenemos en muchos aspectos, véase en productos, desinfección, mano de obra o agua". "Tenemos en riesgo nuestro negocio y puestos de trabajo", apuntaba, al tiempo que animaba a sus compañeros de profesión "a seguir reivindicando".
También el director general de Cuna de Platero, Juan Báñez, aseguraba que "estoy preocupado por la sostenibilidad económica porque la rentabilidad está bajando y me preocupa que lo que sostiene la economía de nuestros agricultores es que el mercado ha respondido, pero esto podría no ser así. Estamos aumentando costes y no veo sostenibilidad económica a largo plazo". Ponía, por tanto, el foco en las dificultades para asumir tantos costes sin un incremento proporcional en los ingresos.
Más allá del cortoplacismo, el sector reclama una visión a medio y largo plazo, y en esta línea se manifestaba el director técnico de Anove, Francisco Petit, aludiendo al freno a la innovación por las trabas regulatorias de la Unión Europea. Ponía el foco en la lentitud legislativa de la UE, "lo que crea un problema que va en contra de la rentabilidad del agricultor, que no puede aprovechar de forma inmediata nuevas tecnologías que son seguras y que, sin embargo, en otros continentes sí se emplean". "Tenemos la capacidad de reducir el tiempo de investigación a la mitad con nuevas tecnologías y hay que avanzar en esa línea porque otros países lo están haciendo", destacaba Petit, al tiempo que subrayaba la necesidad de acelerar la introducción de nuevas variedades más resilientes y adaptadas al cambio climático.
Desde la Diputación Provincial, la diputada de Agricultura, Patricia Millán, destacó del sector agrícola su capacidad para adaptarse constantemente, no solo a las normativas y situaciones cambiantes, sino también a las exigencias del propio consumidor, que marca nuevas pautas. "Los clientes demandan límites cada vez más estrictos en residuos, incluso cuando la normativa permite ciertos fitosanitarios", explicó. En este contexto, subrayó la necesidad de adaptarse también en aspectos como el etiquetado, la seguridad alimentaria o la selección varietal. "Hay que lanzar dos mensajes importantes: el primero, que todo esto ha sido posible gracias a que los agricultores han sabido evolucionar, adaptarse y asumir que en el campo es fundamental estar formados. Eso ha marcado un antes y un después en nuestra agricultura".
Y el segundo, añadió, "es que o evolucionamos o morimos. La agricultura es una ciencia viva, y solo podremos seguir avanzando frente a las restricciones hídricas o fitosanitarias mediante la colaboración entre lo público y lo privado y la inversión en formación y tecnología". Además, recordó que la Diputación cuenta con el Centro Agroexperimental de Empresas, un espacio con vocación de cooperación, "con la mano tendida" a aquellas compañías que están investigando para contribuir a la sostenibilidad del sector.
También intervinieron, en términos de sostenibilidad, otros asistentes como Daniel Velo, quien abogaba por "esa palanca de la innovación, que nos hará más eficientes", teniendo en cuenta que "ya trabajamos con variedades más productivas y resistentes a plagas y enfermedades". Todo ello en vista a la sostenibilidad, porque "la realidad nos dice que hay que ser un sector sostenible, que perdure en el tiempo y que siga generando empleo y riqueza".
Por otra parte, María Sabater, desde Faense, destacaba "la importancia de sentirse escuchados por las administraciones"; Emilio Pérez (Fedemco) ponía el acento en la necesidad de que industria y agricultor vayan de la mano y en la flexibilidad horaria en tiempos en los que la campaña requiere intensidad; y Marco Santamaría, de Biorizon, ponía en valor "la biotecnología que tiene que llegar al campo porque, por ejemplo, cuando no hay mano de obra, si podemos hacer que la fruta aguante una semana más sin que se ablande, bienvenido sea".
La cuarta edición de La Noche de los Frutos Rojos deja claro que el sector agrícola onubense tiene desafíos a la vista, pero también oportunidades si cuenta con el respaldo necesario. La sostenibilidad económica, la innovación, la falta de mano de obra y la lentitud institucional fueron algunos de los ejes sobre los que descansó el debate mantenido en la Casa del Conquero. Todo ello con un mensaje común: si se quiere que el modelo agrícola onubense siga siendo competitivo y un motor económico importante en el territorio, la visión de futuro es clave a la hora de actuar, como también lo es la apuesta por tecnología e investigación, además de por la agilidad legislativa.
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