Antonio González García, presidente del Consejo de Hermandades de la ciudad de Huelva, quiere resaltar de esta Semana Santa, tan distinta y difícil que se ha vivido, el mensaje de esperanza y la solidaridad manifiesta entre todos los cofrades.

“Es muy difícil hablar de este tiempo, pero dentro del pesar por lo que está sucediendo, ante tantas muertes y con tantísimas personas contagiadas por el coronavirus, quiero destacar algo positivo y es la madurez mostrada por todas las juntas de gobiernos, con comportamiento excepcionales”.

Tramo de la Carrerra Oficial con el azulejo del Nazareno en la fachada de la Concepción.

Al mismo tiempo que agradece las llamadas del obispo de Huelva, José Vilaplana, “que ha tenido una cercanía con todas las hermandades llamando a los hermanos mayores dándoles ánimo e invitando a una oración por los fallecidos”. Mientras el director espiritual del Consejo de Hermandades, José Manuel Barral, ha ofrecido todos los días una meditación de los evangelios con la que se ha compartido a todos los hermanos mayores. Desde el Ayuntamiento el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, también ha mantenido un contacto diario con las hermandades.

El presidente destaca, igualmente, los numerosos contactos mantenidos a través de los Facebook y las misas retransmitidas desde algunas iglesias que han podido seguir feligreses y cofrades.

Es, por ello, por lo que Antonio González dice que “hay que tocarle las palmas también a las hermandades por tanto bien que están acercando a todos, así como a la implicación de los sacerdotes que han ofrecido ese mensaje en el día de su estación de penitencia”.

Desde el Consejo de Hermandades también se ha mantenido diariamente una estrecha comunicación con cada una de las hermandades que debían procesionar.

Viene a destacar ese abrazo fraternal entre todos los cofrades de Huelva, con el que hemos podido tejer ese palio que ha cubierto el cielo de Huelva en esta Semana Santa; un abrazo de compañerismo sin igual, los cofrades hemos dado un testimonio de unidad nunca visto.

En este sentido, Antonio González destaca que “esta Semana Santa nos va a hacer mejores personas, a saber valorar otras cosas con más importancia, como es la vida cotidiana, la amistad, el compañerismo, la asistencia a los demás, la solidaridad. Así recalca que “vamos a ser mejores personas, los cofrades hemos puesto sobre el tapete tantas cosas importantes, y hemos tendido las dos manos, seremos mejores personas y no vamos a discutir por cosas banales”.

No deja de reconocer que siente “una tristeza inmensa por todo lo que está ocurriendo”, a la vez que muestra su satisfacción “porque las hermandades están mostrando lo mejor de ellas, y se están ofreciendo para aquello que se les necesita, como buenos cristianos, realizando mascarillas, repartiendo alimentos a quienes los necesitan e incrementando sus obras de caridad”.

Al mismo tiempo, Antonio González hace un llamamiento ante las necesidades que van a tener que afrontar las hermandades a través de sus bolsas de caridad, porque las peticiones se van a incrementar, por lo que hace “un llamamiento a la colaboración económica con ellas”.

Reconoce que las hermandades también van a ver disminuidos sus ingresos, “pues sí este año recibieron la aportación económica de los palcos el próximo año dejarán de percibir ese ayuda ya que lo que se pretende es prorrogar el abono de los palcos para la Semana Santa de 2021”, dice.

Espera que desde el Consejo de Hermandades, dentro de sus posibilidades y con la participación de todas las hermandades, se pueda realizar en este momento de tanta excepcionalidad y necesidades conceder una ayuda a Caritas Diocesana.

El Consejo de Hermandades tiene ahora pendiente tras la Semana Santa varias acciones, como es la de dar continuidad a la gestión normal que ha quedado interrumpida por la suspensión de las procesiones, pero que eso no quita a la atención de las obligaciones ordinarias como gastos realizados para unas salidas procesionales de Semana Santa que no han tenido lugar.

Esta, dice el presidente, “no ha sido una Semana Santa en la que los pasos se hallan quedado en sus templo por la lluvia, que en esos momentos nos han creado una situación de descontento, en esta ocasión la no salida de las procesiones ha sido una llamada a la responsabilidad que hemos mantenido desde el compromiso”.

Mientras se han buscando nuevas fórmulas “para estar cerca de los hermanos y entre las propias hermandades; por eso, desde el dolor, tengo que ver que esta situación no deseada nos abre una nueva luz que esperamos nos siga iluminando”.