El Recreativo cosechó una nueva victoria fuera de casa, ante el Xerez en el Municipal de Chapín. Los goles de Juanjo Mateo y Juan Delgado devolvieron la confianza, quitaron la sensación de que el Decano siempre busca ganar por la mínima o el conformismo. Confianza que también recuperó la afición, que no dudó en coger coche y carretera dirección a una nueva cita con el Decano.

Más de 350 incondicionales albiazules ocuparon las gradas de Chapín. La alegría llegó al término de la primera parte, el gol de Juanjo enloqueció al recreativismo y, a partir de ahí, todo fue locura. A pesar de tratarse de una jornada catalogada de "alto riesgo", la rivalidad no fue más allá del deporte. Ambas aficiones supieron dejar a un lado las diferencias para centrarse en lo que de verdad importa, animar y apoyar a sus equipos.

Puede ser habitual algo que no es normal. En la ciudad de Huelva se ha normalizado el desplazamiento masivo hacia donde se dirija el autobús albiazul, estando en Tercera RFEF o quinta categoría del fútbol nacional, eso explica muchas cosas. Como que el Decano es más que un equipo, es un sentimiento, una pasión, un estilo de vida. Y qué orgullosa está la ciudad onubense de ese estilo de vida.

Victoria de prestigio en el campo y también en las gradas. El día se vio marcado por la euforia, la emoción y la esperanza en un equipo que hace vibrar a los que lo siguen. El partido fue un regalo, de confianza para los jugadores y ellos mismos se lo regalaron a sus seguidores. Huelva está a un escalón más cerca de su gran objetivo, el ascenso.