Recreativo de Huelva

Fallece José Martínez Oliva, un presidente histórico y emblemático del Recreativo

  • Fue jugador del Decano tres temporadas y presidente del primer ascenso a Primera División

Martínez Oliva, a las puertas del estadio Colombino de Isla Chica.

Martínez Oliva, a las puertas del estadio Colombino de Isla Chica. / Alberto Domínguez

Un día triste para el Decano del fútbol español por la noticia del fallecimiento a los 82 años de José Martínez Oliva. Jugador durante tres temporadas y presidente del primer ascenso histórico a Primera División que movilizó a toda la provincia en explosión de júbilo. Nacido en Sevilla el dos de marzo de 1937, pero con alma, sentimiento y corazón de esta tierra que lo acogió como suyo hace 54 años. Una persona familiar, de mucha fe y creyente, colaborador incansable de causas sociales junto a su esposa Marisa, su gran apoyo y pilar de su vida. La última vez que lo saludé fue el domingo día uno de septiembre tras el partido Recreativo-Talavera y estaba acompañado por dos de sus cuatro hijos en la puerta de la iglesia de la Concepción descansando en un banco con su sonrisa de siempre, quizá ajeno de lo que ocurría a su alrededor y fui consciente que igual ni me reconoció por la aceleración de la patología de su grave enfermedad.

Su padre, José Martínez, pasó por Huelva en 1935 tras aprobar las oposiciones de funcionario de Hacienda como preparando la bienvenida para su hijo en la transmisión enlazada de pensamientos. Martínez Oliva perteneció siete años al Sevilla por deseo de Campanal, que observó sus cualidades como central para llevarlo al juvenil del club de Nervión. Muchas cesiones: Coria, Real Jaén, Córdoba -al final se quedó traspasado- y Hércules. Todavía se recuerda en el repleto Municipal de la Isla Chica, incluso sillas detrás de las porterías, el ascenso a Primera del Córdoba en abril de 1962 siendo su capitán y Roque Olsen de entrenador goleando al Recre (0-4) con la polémica de las dudas de compra.

Martínez Oliva llega a Huelva en el verano de 1965 justo con la creación del Trofeo Colombino. Casimiro Benavente era el técnico y le insistió al presidente José Luis Martín Berrocal su fichaje tras coincidir ambos en el equipo jiennense. Debutó en el Recreativo ante el Melilla (3-0) en alineación con López; Ricardo, Poceiro, Cardo, Román, Mateos, Sampedro, Mauri, Merodio y Herrerita. Su último partido fue el 19 de mayo de 1968 en Pontevedra (3-0) cayendo eliminado en la Copa (3-2 en el global). Martínez Oliva sumó 96 partidos y se retiró al llegar Enrique Alés al banquillo onubense. Tras dejar el fútbol creó una empresa constructora exitosa con Rafael Blanco, compañero en el Sevilla y Recreativo. Su entrenamiento diario para mantener activa su mente era su revista de crucigramas, que llevaba como compañera en su carpeta de negocios.

Su lema era "gastar una peseta meno de lo que se ingresa". Su gestión anticipó lo que es la realidad del fútbol

Tras la tempestad provocada por el huracán Martín Berrocal en su segunda etapa presidencial se celebraron unas elecciones el cuatro de marzo de 1975, a las que Martínez Oliva, impulsado por el espíritu solidario de su mujer que forzó su decisión, se presentó para ganar con holgura a Domingo Rodríguez Moreno (139 votos a favor por 12 de su oponente) reuniendo una junta directiva de lo más selecto de la sociedad onubense para hacer frente a una deuda de cerca de 20 millones de pesetas.

Martínez Oliva, un presidente carismático en la historia del Decano. Martínez Oliva, un presidente carismático en la historia del Decano.

Martínez Oliva, un presidente carismático en la historia del Decano. / Paqui Segarra

Martínez Oliva se convirtió en el trigésimo mandatario del Decano, incluyendo en el orden las repeticiones anteriores de cinco de ellos. Junto a su fiel escudero Rafael Blanco sentaron las bases para reestructurar el club bajo la calma, la responsabilidad y la sensatez, desde el asentamiento económico hasta la composición de la plantilla. Su lema era “gastar una peseta menos de lo que se ingresa” y el glorioso ascenso a Primera generó un superávit de alrededor de dos millones de pesetas. Su gestión anticipó lo que es la realidad del fútbol, además sólo con los ingresos de taquillas y socios para cerrar un presupuesto.

Martínez Oliva era una persona al que le afectaban las críticas sin razonamientos y eludía el triunfalismo para sustituirlo por la humildad y la prudencia. Después del XIV Trofeo Colombino dimitió sin saborear el glamour como presidente de Primera División. El equipo perdió los dos partidos ante Dinamo de Bucarest (2-1) y la consolación con el Sevilla (0-4), y la gente pedía fichajes y no estaba dispuesto ni preparado para recibir presiones e insultos a su familia. Abonado y seguidor del Decano como onubense de adopción y recreativista devoto, siempre receptivo a todos los actos sin el protagonismo que merecía por sus acciones a través de su coherencia en el ejercicio de su responsabilidad. Que el recreativismo lo tenga por tiempo indefinido en su memoria. Descanse en paz.

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