Historia menuda

José Martínez Oliva, presidente y jugador del Recreativo de Huelva (I)

  • Su primer acercamiento al mundo del balompié tuvo lugar a sus ocho o nueve años de edad l En su segunda temporada en el Recreativo (1966/67) José Martínez Oliva fue titular en 37 partidos

Sentimos placer en traer a las hospitalarias páginas del diario Huelva Información el breve bosquejo biográfico de un hombre que lo ha dado todo por el deporte y que no ha reparado en sacrificios para obtener los preciados galardones que obtuvo en su época de jugador de fútbol y más tarde como presidente del Club Decano. Nos referimos a José Martínez Oliva, de cuyo entusiasmo y afición nada hemos de decir, porque de todos es conocido cuanto hizo por el Recreativo de Huelva. Pero, pasemos sin más dilación a su breve historia.

Nació José Martínez Oliva en Sevilla, a 2 días del mes de marzo de 1937, en el seno de una familia compuesta por José Martínez Carneiro quien vino a Huelva en 1935, recién terminadas las oposiciones, destinado a la Delegación de Hacienda. Más tarde, tras regresar a Sevilla, realizó otra oposición de Liquidador de Utilidades y terminó cono Inspector de Hacienda. Su madre fue Manuela Oliva Tortolero.

Su infancia transcurrió en la citada capital y a Sevilla debió su formación futbolística, ya que eran muchas las horas que permanecía en la calle jugando al balompié. En este sentido, tuvo una niñez presidida por la felicidad en todos los aspectos.

Su primer acercamiento al mundo del balompié tuvo lugar a sus ocho o nueve años de edad. Se acercó a una masa de niños apelmazados que se agitaban en torno a un balón, que parecía excitarles y atraerles como a un toro a un trapo rojo. Y comenzó a jugar en el equipo de su barrio, en Sevilla. Su conjunto era tan malo que no ganaba ningún partido. Jugaron un partido en el campo del Empalme, en San Jerónimo, y les endosaron siete goles a cero. Y se le acercó un emisario de Halconero, ojeador del Sevilla F. C. y le dijo: "Oye, Halconero está preguntando por ti…".

El niño Martínez Oliva se creyó (por lo del siete a cero) que estaba de broma y contestó: "ay, qué gracioso…". "No, no que es verdad", le dijo su interlocutor. Pero el niño le dijo categóricamente que no sería jugador de fútbol. Corría el mes de abril del año de gracia de 1953. Pero a los cuatro o cinco meses se argumentó: "Mi padre, por ser inspector, tiene un pase para entrar en cualquier espectáculo. Si yo me voy al Sevilla y entreno con él me darán un carnet gratis y al tener en este caso dos podré ir al fútbol con un amigo…". Habló a uno que se llamaba Toledo Eixaguire (que entrenaba con el Sevilla, ya que había sido jugador de la citada entidad) y le dijo: "Voy contigo y le dices a Campanal que Halconero se ha interesado por mi". Jugó un partido contra el equipo juvenil del Sevilla, de lateral derecho, y en el descanso le dijo Campanal: "Ponte la camiseta blanca y sitúate de central". Y al terminar el partido le añadió: "Pásate por la Secretaría del Sevilla…". Esos fueron los comienzos futbolísticos de Martínez Oliva.

Como buen aficionado al fútbol, sintió siempre deseos de perfeccionamiento tanto en los juveniles del Sevilla como en el equipo amateur del mismo Club. Bajo la disciplina del citado equipo hispalense estuvo siete años: Estuvo dos años cedido en el Coria (por cierto que el 30 de septiembre de 1956, partido de Tercera División. Grupo XI, jugó contra el Recreativo de Huelva en el Velódromo, perdiendo el equipo coriano por cuatro tantos a uno. En la alineación figuraba sólo con su segundo apellido, Oliva. En el partido de vuelta, jugado en Coria, volvió a imponerse el Recreativo por 0-1), con el Club Deportivo Puerto (que en la actualidad es el Sevilla Atlético). Más tarde, fue cedido al Real Jaén, que militaba en Segunda División y, en la temporada siguiente, fue cedido al Córdoba, en la categoría de plata del Fútbol español y, como se afianzó en este equipo, al año siguiente fue traspasado al Córdoba C.F. Con este equipo logró el primer ascenso a Primera División, tras imponerse en el último partido al Recreativo de Huelva el 1 de abril de 1962 por 0 a 4. (en aquel partido Martínez Oliva ostentaba el brazalete de capitán del equipo califal, el equipo cordobés estaba dirigido por Roque Olsen y fue el partido en el que la presencia de muchos miles de seguidores forasteros pusieron en nuestra capital una nota jamás conocida). Estuvo con el Córdoba un año en la División de Honor en el que solamente jugó tres partidos. Su debut con el equipo andaluz lo realizó el 23 de septiembre de 1962 en Oviedo. Jugando contra el titular de la citada ciudad. Perdió el Córdoba dos a cero. En aquel encuentro se lesionó el tobillo y estuvo varias semanas sin poder jugar. Lo hizo por él Mingorance, que estaba en una forma espléndida.

El segundo partido de Martínez Oliva en Primera fue contra el Real Betis Balompié que perdió en Córdoba por el resultado de uno a cero, en la jornada liguera número 26 que se celebró el 24 de marzo de 1963. Martínez Oliva tuvo una tarde en la que tuvo que trabajar a destajo, ya que marcaba a Ansola y en el tercer partido se enfrentó su equipo al Real Mallorca el 10 de marzo de 1963, imponiéndose el equipo balear por 1-2. Al año siguiente, fue traspasado al Hércules, de Alicante.

En el verano de 1965, Martínez Oliva es fichado por el Real Club Recreativo de Huelva que militaba en el Campeonato Nacional de Liga de Segunda División, en el Grupo II. Los pasos que se dieron fueron los siguientes: Cuando el Sevilla lo cedió al Real Jaén desarrollaba la labor de entrenador en este equipo Casimiro Benavente. Posteriormente, estando Martínez Oliva en el Hércules fue contratado Casimiro como entrenador del Recreativo. Terminó la temporada y al quedar el defensa libre con el Hércules, Casimiro le dijo al presidente del Recreativo, Martín Berrocal, que debía ficharlo y vino al equipo huelvano. El debut de Martínez Oliva con la camiseta albiazul lo efectuó el día 5 de septiembre de 1965, en el Estadio Municipal de Huelva, en un partido que enfrentó al Club Decano con el Melilla F. C. Aquella tarde se impuso el equipo andaluz por tres goles a cero (1-0, Herrerita. 2-0, Mateos y 3-0, Mateos). En aquel partido inaugural de la temporada el Recreativo de Huelva alineó a López, Ricardo, Martínez Oliva, Poceiro, Cardo, Román, Mateos, Sanpedro, Mauri, Merodio y Herrerita.

Este equipo pasó a la Historia del Recreativo con el apelativo de "el equipo de los vascos", ya que en él se alineaban Rentería, Plácido, Merodio, todos llegados de la entonces región vizcaína. Curiosamente, en el último partido de liga, jugado el 3 de abril de 1966 y en el que el Recreativo se impuso por cinco tantos a uno al Mestalla, se alineaban ocho jugadores del Atlético Onubense: Isabela, Pérez-Domínguez, Peguero, Chinchón, Carlos, Robles y Sierra. En su primera temporada Martínez Oliva se alineó en 26 partidos de los 30 de que constaba el Campeonato, quedando el Recreativo en la posición 11.

En su segunda temporada en el Recreativo, 1966-67, Martínez Oliva fue titular en los 30 partidos quedando clasificado el Recreativo en la misma posición que el año anterior. También fue titular en los partidos de Copa en el que el Recreativo eliminó al Rayo Vallecano y fue apeado por el Atlétic de Bilbao.

En su tercera, defendió la camiseta del equipo de la ciudad del Tinto y del Odiel en 22 ocasiones. Aquel año, el Recreativo ocupó, al finalizar la temporada, la posición 13 pero por remodelación de la Segunda División en su solo grupo para el año siguiente perdieron la categoría y descendieron a Tercera División: el Badalona, Langreo, Racing de Santander, Lleida, Badajoz, Europa, Osasuna, Gimnástica de Torrelavega, Tenerife, Castellón, Jaén, Xerez, Recreativo de Huelva, Levante, Hércules, Constancia y A. de Ceuta.

En su última temporada con el Recreativo, 1968-69, el bravo defensa que biografiamos se alineó en todos los partidos, ganando el galardón de "Jugador más regular", seguido de Segui. En la competición regular, Tercera División, quedó Campeón de su grupo el Recreativo de Huelva. Al finalizar esta temporada, Martínez Oliva contaba 32 años y estaba cansado de tantos viajes. Además, aquel año se había abierto el fútbol al modernismo renovador que imponía unos entrenamientos duros, los que propugnaba Enrique Ales, auténtico adelantado del fútbol en su preparación física a lo que no estaban acostumbrados los jugadores veteranos y él terminaba extenuado, destrozado después de cada entrenamiento y le comenta al presidente del Club, Sr. Díaz González que quiere dejar el fútbol. Éste le dice: "Espérate. Si ascendemos a Segunda División sigues un año más y si no ascendemos en la liguilla te retiras".

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