ATLÉTICO MALAGUEÑO RECREATIVO | CRÓNICA

Tropi relanza a un Recre con oficio

  • Un golazo del centrocampista, que ofrece un nuevo recital, da los tres puntos al Decano en su visita al Atlético Malagueño

  • Los albiazules especularon durante la primera mitad, pero pudieron terminar goleando

Tropi se dispone a golpear el esférico, ante la presión de Ian Soler, en la acción que terminó convirtiéndose en el único gol del partido para el Decano.

Tropi se dispone a golpear el esférico, ante la presión de Ian Soler, en la acción que terminó convirtiéndose en el único gol del partido para el Decano. / Marilú Báez (Málaga)

Es cierto que la fuerza de todo equipo reside en el colectivo, pero no hay que obviar que hay piezas que permiten que la maquinaria funcione mucho mejor. El Recre ha llegado a un punto que necesita poco engranaje para sacar el máximo rendimiento. El Decano es solvente y fiable y lo es sin farándulas ni postureos, al más puro estilo que requiere la categoría. Puestos a ser sinceros es todo un privilegio que el Recre goce de algunos de los futbolistas que tiene, uno de ellos es Tropi. El valenciano se plantó en el campo de la Federación Malagueña de Fútbol para jugar como un hombre entre alevines. El centrocampista devoró la sala de máquinas del Málaga, pero, al margen de su consabido trabajo defensivo, fue el futbolista albiazul más determinante con el balón en los pies.

El Recre es como una película de esas que todo el mundo ha visto en la tele en una tarde cualquiera. Sabes de sobra el guión, en algún momento esperas la sorpresa, pero el final es de sobra conocido. En Málaga los de Salmerón rodaron su enésima producción. Si el partido llega a estar escrito no hubiera salido mejor. El Decano salió a darle la pelota al Malagueño, a dejarlo ser dominador de la posesión, que no a controlar el partido; y cada vez que pudo pisó área contraria para hacer daño, pero con mala intención. Sin embargo, el Decano terminó defendiendo muy atrás y solo pudo salir cuando Caye fue capaz de temporizar para que llegasen sus compañeros, que, dicha sea la verdad, fue casi siempre. La ocasión más clara del primer acto llegó en el minuto 7, cuando el Recre sacó rápido una falta en medio campo para que Iago Díaz se marchase por la izquierda de Casas, pisara área y le pegara buscando el palo largo, pero Kellyan aguantó bien y desvió el lanzamiento del catalán.

El Recre salió a cederle el balón al Atlético Malagueño y contragolpear

El Atlético Malagueño comenzó a habitar en el campo del Recre sin complejos, con velocidad en un juego demasiado horizontal y que permitía a los albiazules defender con comodidad porque al final todo se reducía a centros laterales, que eran regalos para Israel Puerto, Iván González y Jesús Valentín. El desarrollo del partido pudo cambiar mediada la primera mitad, cuando Carlos Martínez buscó con un pase por elevación a Caye, que le ganaba la carrera a los centrales cuando Juande lo cargó antirreglamentariamente, derribando al delantero isleño en mitad de campo malagueño. El árbitro castigó la acción con amarilla al entender que Caye no tenía el balón controlado. Pudo ser roja, pero honestamente era naranja y parecía demasiada pena dejar a un equipo con diez con más de una hora por delante por esa falta.

Todo el peligro albiazul llegaba por el costado izquierdo. Por allí volvieron a encontrarse Caye e Iago Díaz. El carrilero volvió a ganar el espacio para intentar el disparo desde dentro del área, pero esta vez fue Juande el que llegó al cruce para desviar a córner. El resto del primer tiempo dejó a un Atlético Malagueño con más ganas, que cayó en la trampa del Recre y se fue desfondando para nada porque su profundidad brilló por su ausencia.

El segundo tiempo trajo consigo un cambio en la forma de ver el partido del Recre, que se echó 25 metros hacia delante. Pisó el acelerador y no necesitó mucho más. Solo un aviso dio el Decano con un disparo cruzado de Carlos Martínez. En la siguiente llegada Kellyan salió fuera del área a despejar un balón en largo a Caye que mandó a los pies de Tropi, que tuvo el tiempo suficiente para controlar y mandar el balón al fondo de las mallas desde 35 metros. Era el broche a su exhibición.

Los albiazules dieron un paso al frente tras su paso por vestuarios y tardaron seis minutos en marcar

El gol le dio al Recre la posibilidad de jugar con el tiempo del partido. El Atlético Malagueño fue siendo presa de la desesperación y la precipitación, aunque con el desparpajo que da la edad. El Recre se sintió cómodo y comenzó a tener más espacios a los que atacar. Iago Díaz, en una arrancada desde fuera hacia dentro, terminó encontrando el hueco para efectuar un disparo desde la frontal que atajó Kellyan.

Salmerón olió la sangre y decidió dar entrada a Andrade para emparejarlo con el juvenil Casas. El brasileño lo primero que hizo fue mandar un centro medido al corazón del área, donde acudió Caye anticipándose a todos para rematar al poste. Poco después otra jugada idéntica la volvió a rematar Caye de cabeza desviada.

El combinado recreativista pudo golear en la recta final del choque, pero el Atlético Malagueño gozó de una falta peligrosa en el descuento

El Recre se mantenía serio, sin fisuras y encima y gozaba de algunas transiciones en las que se mascaba el 0-2, como una en la que Caballé remató cerca de la escuadra. También a balón parado pudo marcar Israel Puerto, que remató en semifallo y cuando estaba siendo objeto de penalti, por encima de la meta local un córner. Pero fue Caye el que tuvo dos ocasiones inmejorables. Lo único que se le puede reprochar al canterano es su falta de puntería porque el resto de su trabajo fue para enmarcar. El isleño erró un mano a mano en el que se fue solo desde el centro del campo al área tras otro brillante pase de Tropi, pero su disparo murió en el pie de Kellyan. La jugada continuó y terminó con un centro que le volvió a Caye, solo en el área de meta, pero su cabezazo se marchó por encima del larguero. A pesar de la manifiesta superioridad recreativista fue el Atlético Malagueño el que tuvo la última con una falta en el vértice del área con el tiempo cumplido. Fue inevitable contener la respiración hasta que el balón se estrelló en la barrera, como inevitable es sonreír al mirar la clasificación, una semana más.

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