-El sector hortofrutícola ha diversificado con moras y arándanos, principalmente, ¿queda aún margen para implementar otros cultivos que escalonen la producción?

-Se está estudiando la posibilidad de introducir cultivos de otras zonas que tienen un menor consumo hídrico, un tema que ha quedado paralizado por la incertidumbre del sector. Sería un paso decisivo para rentabilizar las infraestructuras e iría en la mejora de la calidad de empleo y la riqueza, puesto que la fresa ha tocado techo. Pero toca esperar.

-¿Por qué a pesar del paro que sufre España la agricultura necesitan suscribir contratos en origen?

-En las últimas campañas se han formalizado muy pocos contratos en origen. Con el incremento de la superficie de arándanos se ha logrado escalonar más la producción, alargando la actividad hasta junio. De esta forma, los jornaleros que terminan la campaña de la fresa pueden reengancharse a este otro cultivo. Esto demuestra el potencial del regadío para generar riqueza social y lo confirman los últimos índices de paro (en marzo Huelva lideró el descenso de paro en Andalucía).

-El año pasado se celebró en Huelva el primer congreso de berries. ¿Tendrá continuidad?

-Sí. Ya tenemos encarrilada la próxima edición. En la última junta directiva de Freshuelva ya comenzamos a perfilar algunos temas.

-El sector ha logrado aglutinar la oferta en grandes cooperativas pero siguen siendo pecata minuta con respecto al poder de negociación de las grandes superficies. ¿Qué influencia tienen a la hora de marcar el precio de la fruta?

-Su política comercial les ha llevado a concentrar la demanda y llevar una estrategia de precios a la baja que, además, les permite tener productos durante todos los meses del año. Ante esta situación debemos estructurarnos para obtener un valor mínimo, de ahí la importancia de la concentración de los productores a fin de poder desarrollar una economía de escala que nos permita reducir costes: formatos, transportes, suministros; y maximizar la rentabilidad. También, una comercialización conjunta que fije unos estándares de calidad y nos permita hablar de tú a tú con las grandes firmas eliminando intermediarios.

-La Cámara de Comercio puso a disposición del sector el Centro Innovador de Productos Agroalimentarios que está infrautilizado. ¿Por qué no se ha volcado el sector para generar valor añadido con productos de IV y V gama?

-Es algo que debemos potenciar. Hace falta el compromiso de la administración en forma de inversiones para evitar que ese valor añadido se vaya a otras comunidades. Debemos potenciar este campo de I+D+i, si bien, conjuntamente, necesitamos inversiones, puesto que el salto al mercado es muy costoso, al tener que sumar los costes de logística y marketing.