NATURALEZA

Las perlas blancas del océano Atlántico

  • La camarina es una especie amenazada que en Andalucía se encuentra protegida por leyl El incendio del pasado mes de junio en el Parque Natural de Doñana ha mermado su presencia

Juan Ramón Jiménez la nombró ya en su centenaria y mundialmente conocida obra Platero y yo. Es más, le dedicó uno de sus capítulos en un segundo complemento, con un apropiado arranque: "Las camarinas, esas perlas comestibles que llenaron toda mi infancia. Esas camarinas blanquiverdes, con su semilla negrita trasparentándose, tan redonditas, tan perfectitas, tan riquísimas de su sabor acidoso, esas preciosas camarinas de la playa que sólo se crían en Moguer, según la Academia, y son todas para tí y para mí y para los carabineros, los fareros y los pobres que vienen de Sanlúcar por las playas de Castilla".

El Nobel moguereño ignoraba, sin embargo, al igual que la Academia, que la camarina está presente en otras zonas de la costa atlántica española, más allá de los acantilados, arenales y dunas de Moguer. Y también en algunas comarcas de Portugal. De nombre científico Corema album, la camarina es un arbusto endémico de la Península Ibérica, perteneciente a la familia Ericaceae. Por un lado, Corema, el nombre genérico, hace referencia a la voz griega Korema, es decir, escoba, ya que en la antigüedad se empleaban sus ramas para confeccionar este utensilio. Por otra parte, el nombre de la especie, album, indica el color blanco de sus frutos.

Juan Ramón Jiménez inmortalizó el nombre de este arbusto en su célebre Platero y yo

Resulta sorprendente que muchas personas de la zona marítima de Huelva, por ejemplo, desconozcan la existencia de esta planta, presente en su hábitat y en la vida de parte de sus habitantes, de las gentes del mar.

Una de las personas que conocen más acerca de esta curiosa y prácticamente desconocida especie es el doctor en Farmacia Antonio José León González, que en 2012 realizó su tesis doctoral en la Universidad de Sevilla, titulada Actividad antitumoral de plantas de Andalucía. Aislamiento de principios activos de Corema album (L.) D. Don, y que en la actualidad es investigador en el grupo Hormonas y Cáncer del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC).

Los frutos de la camarina se conocen desde la antigüedad, siendo especialmente útiles para combatir la fiebre, según explica León, que destaca que en la actualidad las bayas sirven para elaborar helados, mermeladas y licores, especialmente en Portugal, si bien con poca producción.

Incardinado dentro del grupo de investigación de Farmacognosia de la Universidad de Sevilla, este investigador cordobés ha estudiado junto a sus colegas la composición química de esta planta, rica en polifenoles, realizando diversos análisis de su actividad farmacológica y observando in vitro una actividad antioxidante significativa. De esta investigación se desprende, según León, que el consumo de los frutos de la camarina "podría ayudar a prevenir enfermedades relacionadas con el estrés oxidativo". Además, otro de sus componentes, el ácido ursólico, posee propiedades reflectantes, por lo que el investigador apunta que "tendría interés en la formulación de fotoprotectores".

Sobre las posibilidades de la camarina, cuyos frutos se asemejan a perlas marinas, León destaca el interés creciente por el cultivo de otras bayas en la provincia de Huelva, donde priman arándanos, frambuesas o grosellas. En este sentido, este investigador sostiene que "el cultivo sostenible de las camarinas sería una importante innovación por parte del sector hortofrutícola onubense", así como "un importante impulso a la conservación de esta especie endémica de la Península Ibérica", toda vez que en las últimas décadas se ha visto reducida su presencia en muchas zonas del litoral atlántico.

A día de hoy, esta especie aparece como vulnerable en la Lista Roja de la Flora Vascular de Andalucía y se encuentra protegida por ley. Aun así, continúa amenazada por el desarrollo urbanístico, la aparición de especies invasoras o procedentes de reforestaciones, la explotación excesiva de recursos naturales o por incendios, como el sufrido en el Parque Natural de Doñana el pasado mes de junio.

En la futura reforestación de esta amplia zona del entorno de Doñana, este investigador considera que "sería idóneo que se contase con esta especie autóctona de gran valor ecológico y etnobotánico". Como argumento, destaca que se adapta al clima de la zona y que, además, "juega un papel fundamental en el ecosistema, ayudando a la formación de las dunas y sirviendo sus frutos de alimento a pájaros, conejos, zorros e incluso linces".

De momento, las labores de restauración de este enclave onubense ya han comenzado. Recientemente, un grupo de voluntarios de la Red Natura 2000 de Doñana participó en una actividad de voluntariado para la recuperación del ecosistema, recogiendo semillas de camarinas en las proximidades de la Laguna del Jaral, que están siendo tratadas en la red de viveros de Andalucía para que en el futuro sean ubicadas en la superficie ahora calcinada. Una labor, por otra parte, que podría agilizarse con la plantación de esquejes de camarina.

De esta forma, a pesar del fuego y de la salvaje expansión urbanística de núcleos litorales como los de la provincia de Huelva, la camarina parece comenzar a tener un nuevo pero lento renacer. Una nueva oportunidad para que esta singular joya de la naturaleza recupere su hábitat.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios