La caída de las ventas reduce a la mitad la actividad en la lonja de Isla Cristina

Pesca

Uno de los sectores pesqueros más castigados por esta situación es el de artes menores, que incluye a trasmalleros, pulperos y palangreros

La bajada de la demanda alcanza el 30%

Descarga de capturas pesqueras en el puerto de Isla Cristina. / J. Landero
Jordi Landero

Isla Cristina, 24 de abril 2020 - 06:07

La actual crisis sanitaria del coronavirus está haciendo estragos no solo en el apartado sanitario, sino también en el económico. Buena muestra de ello es la reducción en el último mes a más de la mitad de la actividad en la lonja pesquera de Isla Cristina, una de las más importantes de Andalucía por el volumen de capturas y su comercialización en fresco.

Así lo señaló este lunes a Huelva Información Eusebio Reyes, vicepresidente de la asociación de armadores del Puerto de dicha localidad costera onubense, quien precisó que la reducción de la actividad se traduce en una caída de la misma de entre un 50 y un 55 por ciento, sobre todo como consecuencia de la bajada de las ventas.

Uno de los sectores pesqueros más castigados por esta situación es el de las artes menores, que incluye a trasmalleros, pulperos y palangreros, para quienes esta caída de la actividad está motivada fundamentalmente por el actual cierre de hoteles bares y restaurantes, donde tienen su principal nicho de mercado, y que en cumplimiento del actual decreto de alarma permanecen con sus persianas bajadas desde mediados del pasado mes de marzo.

Así lo ratifican los trasmalleros Francisco Mora, natural de Villablanca y vecino de Lepe, aunque vende sus capturas diariamente en la lonja de Isla Cristina; y Juan José Hernández, natural y vecino de El Rompido, el cual también suele vender el pescado en Isla Cristina, además de en la lonja de Ayamonte.

La venta de algunos mariscos se ha desplomado hasta en un 90%

Ambos han asegurado a esta redacción que la bajada en sus ventas se sitúa en torno al 20 o el 30 por ciento desde que se inició la crisis por el covid-19, aunque “varía mucho según el género”. En este sentido apuntan que “ha caído mucho más la venta de aquellas especies que habitualmente son adquiridas por los restaurantes como en nuestro caso son el langostino o la cañailla, que se han desplomado hasta el 90 por ciento”.

En cambio, prosiguen, la caída ha sido mucho menor en aquellas otras especies que tradicionalmente son bastante más consumidas en los hogares como es el caso del choco, la acedía, y “especialmente lo que nosotros conocemos como ‘morralleo’: roncaores, brecas, mojarras o bailas pequeñas, entre otras muchas especies”.

En el caso del trasmallo aseguran que la flota está saliendo menos a faenar tanto por la caída de las ventas, como por las condiciones meteorológicas ya que “el tiempo tampoco nos está acompañando estas semanas y no estamos pudiendo salir los cinco días permitidos –de lunes a viernes-”. En relación al pulpo afirman que estos días está faenando entre el 70 y el 80 por ciento de la flota, la cual tendrá que permanecer amarrada a puerto a partir del uno de mayo por una parada biológica-. Y finalmente sobre el palangre precisan que “está prácticamente paralizado en su totalidad”.

Dadas las anteriores circunstancias, prosiguen, desde el punto de vista económico “vamos pasando los días y tirando como buenamente podemos” porque “a la bajada de las ventas se suma el mal tiempo, que no está acompañando estos días”.

La seguridad laboral, en entredicho

los palangreros Francisco Mora y Juan José Hernández lamentan las condiciones de seguridad en las que están trabajando en relación al covid-19. "Tenemos miedo", aseguran, porque aunque "intentamos por todos los medios cumplir con las medidas de protección, nuestras embarcaciones son pequeñas, con esloras de entre seis y siete metros, y en ellas vamos entre dos y tres personas. Un espacio bastante reducido para trabajar". A ello se une, prosiguen, cuando llegamos a la lonja para la venta ya que "nos solemos concentrar muchas personas entre pescadores, intermediarios, personal de la lonja y compradores". Por todo ello, inciden, "llegamos a casa con miedo de poder contagiar a nuestras mujeres e hijos".

En este sentido aseguran que desde el inicio de la crisis sanitaria "prácticamente casi nadie se ha preocupado de dotarnos con medios y material de protección adecuados como mascarillas y guantes, lo cual hemos tenido que buscar por nuestra cuenta y cada uno como ha podido".

No obstante este lunes voluntarios de Protección Civil de Isla Cristina, coincidiendo con la llegada a puerto de la mayoría de embarcaciones que estos días salen a faenar, repartieron entre sus tripulaciones, así como entre el resto del personal que habitualmente trabaja en la lonja isleña, más de 300 mascarillas de tela elaboradas por costureras voluntarias de la localidad, a lo que tienen previsto sumar otra cantidad similar este viernes.

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