Las tradicionales Fiestas de las Candelas y la Inmaculada, que cada año se celebran en los días previos al ocho de diciembre, también se verán afectados en su celebración por las restricciones de la pandemia.
Una festividad que se remonta a 1761, cuando los “alcaldes ordinarios” zalameños Juan Román López y Pedro Marín Moxedas instauraron la costumbre de instalar luminarias en puertas y ventanas en la víspera del Día de la Inmaculada -que sólo un año antes había sido proclamada Patrona de España por el papa Clemente XIII- como comienzo de una semana de celebraciones en honor a la Virgen. Así nacía la festividad de la Inmaculada Concepción en Zalamea la Real, origen del Día de las Candelas. Por tanto, este año no habrá hogueras en las calles, dejando de nuevo a la localidad, sin una de sus fiestas más entrañables.
En lo referente a las celebraciones litúrgicas, la Parroquia de la Asunción y el colectivo de Hijas de María, han anunciado la suspensión del Novenario, que será sustituido por un Triduo entre los días seis al ocho de diciembre. También queda cancelada la tradicional tirada de caramelos del mediodía del día siete y la instalación de la candela en el porche de la parroquia. Del mismo modo, informan que la celebración de los actos religiosos estarán condicionados por la evolución de la pandemia y las regulaciones que estén vigentes para esas jornadas.
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