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Uno de los investigados del crimen de Cartaya señala al otro como autor de los asesinatos

  • J.A.M.B. apunta como móvil al robo de droga entre una de las víctimas, Manuel Granado, y J.M.P.P.

  • El segundo imputado no ha declarado porque su abogado ha renunciado a su defensa

Llegada del furgón en el que viaja J.A.M.B., investigado por el crimen de Cartaya, al Juzgado de Instrucción 5 de Ayamonte.

El de ayer fue un día relevante en la investigación del doble crimen de Cartaya. El titular del Juzgado de Instrucción 5 de Ayamonte y las partes iban a escuchar la declaración de J.A.M.B. y J.M.P.P., principales imputados por los asesinatos del onubense Samuel Vizcaya y el sevillano Manuel Granado el Domingo de Ramos de 2019. Solo el primero compareció y testificó en la sede judicial (por primera vez en el caso). El segundo tendrá que ser citado de nuevo, después de que su abogado renunciara in situ a representarlo.

Eran las 9:00 cuando familiares y amigos de Samuel Vizcaya comenzaban a arremolinarse frente al edificio de la avenida Cayetano Feu. Desplegaron tres pancartas flanqueadas por fotografías del finado en las que podía leerse "Justicia para Samuel Vizcaya. Prisión permanente revisable". Tampoco faltaron a la señalada cita las camisetas blancas con la imagen del joven de Gonzalo de Berceo. "Queremos verles las caras a esos asesinos", comentaban los presentes.

Mantener la calma era la premisa. Pero la llegada de un furgón de la Guardia Civil –que enfiló la calle Severo Ochoa– sobre las 9:30 los hizo saltar de la parada de autobús y lanzarse a golpear el vehículo con rabia. Al grito de "¡asesinos, perros!", la multitud siguió a la furgoneta, que puso rumbo de nuevo al aledaño puesto de la Benemérita ayamontina.

Las hermanas de Samuel gritan al furgón donde está uno de sus presuntos asesinos, ayer en Ayamonte. Las hermanas de Samuel gritan al furgón donde está uno de sus presuntos asesinos, ayer en Ayamonte.

Las hermanas de Samuel gritan al furgón donde está uno de sus presuntos asesinos, ayer en Ayamonte. / Josué Correa (Ayamonte)

Había sido una falsa alarma. Quizá una maniobra para calibrar la tensión del ambiente. Escasos minutos después, 13 agentes del Instituto Armado formaban un cordón policial en torno al edificio judicial. Los efectivos soportaron estoicamente los reproches de los allegados del onubense: "Encima de todo los protegéis, no hay derecho".

La hora de la verdad llegó a las 9:50. El furgón en el que J.A.M.B. recorrió la distancia que separaba el cuartel del juzgado estaba obligado a pasar delante de todos para girar hacia la puerta lateral del Instrucción 5. Se desató la tormenta. Los familiares y amigos de la víctima se lanzaron a golpearlo, poseídos por la ira. A la carrera, lo siguieron hasta el portalón de detenidos. La Guardia Civil consiguió contener a la marabunta a duras penas.

Allegados de Samuel Vizcaya increpan a uno de los imputados en el juzgado de Ayamonte

El dolor rezumaba por los poros de los que querían a Samuel Vizcaya. Durante más de diez minutos se vivieron desvanecimientos, afrentas directas con los guardias civiles, gritos con sonoras amenazas y todo un rosario de insultos. Finalmente, los agentes consiguieron rebajar la tensión. Colocaron el furgón lo más cerca posible de la puerta de acceso a la sede judicial. Tanto que a J.A.M.B. le bastó con dar un salto para colarse dentro. Nadie pudo verlo.

Ya dentro del órgano judicial ayamontino, el primero de los imputados se disponía a declarar. Entretanto, el abogado defensor del segundo renunciaba a su defensa.

El reconocido letrado sevillano acababa de ser designado por J.M.P.P., después de que su predecesora (citada hasta ayer en la causa como su defensora) se encuentre de baja. Como ha podido saber este periódico, el hispalense rehusó la defensa después de quedar abrumado por la polvareda que se había levantado en el exterior. Son dos los abogados que en algún momento han representado al cartayero en el procedimiento.

La consecuencia de este contratiempo fue que J.M.P.P., que aguardaba en el cuartel de la Guardia Civil para su traslado al juzgado, no pudo declarar por ser inconstitucional hacerlo sin representación legal. Con la misma regresó a la prisión de Huelva.

Ante la autoridad judicial y con el mar de fondo del aluvión de improperios procedentes de la calle, J.A.M.B. comenzó a declarar. Lo hizo durante más de dos horas y no se opuso a contestar ni a la Fiscalía ni a la acusación particular, como ha podido saber Huelva Información.

El encausado expuso a las partes por primera vez su versión de los hechos, ya que en la comparecencia de abril de 2019 por la que se decretó para él prisión provisional sin fianza se acogió a su derecho a no declarar.

En todo momento minimizó su responsabilidad en el luctuoso suceso del camino de Los Bayos, al tiempo que la descargaba sobre los hombros del otro presunto autor del doble crimen.

Según ha podido saber este diario, J.A.M.B. ofreció todo lujo de detalles sobre cómo llegaron a la finca o cómo se fueron de ella. Se escudó en que iba bajo los efectos de estupefacientes para suavizar el asunto y señaló directamente a J.M.P.P. como el autor, entre otros, del disparo que acabó con la vida de Samuel Vizcaya, víctima circunstancial de la tragedia. Hay que recordar que el único papel que jugó el onubense en esta historia fue que hizo el favor a Manuel Granado El Gitano de llevarlo en coche desde El Torrejón a Cartaya la noche de autos.

J.A.M.B. dejó claro que él no sabía que la intención de su presunto compañero de fechorías fuera acabar con la vida de Granado (y de rebote con la de Vizcaya). Apuntó además como móvil a las desavenencias que mantenían J.M.P.P. y El Gitano, como los vuelcos de droga (robos) o la paliza que sufrió la madre del primero en su propia casa. Asimismo, negó que detrás de todo esto haya un gran narcotraficante que hubiera ordenado la ejecución.

Por el momento solo se ha levantado una parte del secreto que pesa sobre las actuaciones, la pieza separada de medidas tecnológicas, en la que se desvelan las comunicaciones que los principales encausados y otras personas de su entorno mantuvieron aquel funesto Domingo de Ramos del pasado año.

J.A.M.B. responsabiliza a J.M.P.P. de apretar el gatillo y disparar a Samuel en el pecho

Quedan muchos cabos sueltos y diligencias por practicar. También habrá que esperar a que se solucione la orfandad de abogado que padece J.M.P.P. para señalar de nuevo su comparecencia ante el instructor.

En estos momentos son cuatro personas las investigadas por el doble asesinato de Cartaya: además de los dos presuntos autores, la tercera es la novia de J.A.M.B., a la que se señala por un presunto encubrimiento y que atiende a las iniciales A.H.S.; y el otro es un hombre cuyo nombre figura en varias declaraciones, A.V.L., quien inicialmente fue llamado como testigo al procedimiento.

Cuando J.A.M.B. abandonó ayer el órgano judicial eran las 15:00. Esta vez el blindaje de la zona fue mucho más escrupuloso. Pero los allegados de Samuel Vizcaya no pudieron contenerse y de nuevo se dejaron la garganta en insultos y amenazas dirigidos al imputado.

Este entró al furgón a toda prisa, escoltado por dos agentes, cabizbajo y visiblemente alterado. Una de las hermanas de la víctima, María José Vizcaya, se lamentaba ayer: "Han destrozado a toda una familia, a mi niño, con 26 años y una niña de dos años". La búsqueda de justicia es lo que los impulsa a seguir adelante, como indicó a este rotativo el padre de Samuel, Vicente Vizcaya. "No hay derecho a que me quiten a mi hijo así, de esta manera, él que era tan bueno y que no tenía culpa de nada", confesó a Huelva Información, contrariado.

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