A diferencia de su predecesora, la réplica de la Nao Victoria que se construyó en el año 1991, la Nao Victoria 500, que ha sido botada este martes en Punta Umbría, no ha sido concebida para surcar los mares, sino para convertirse en un museo flotante destinado a reivindicar la histórica gesta de la Primera Vuelta al Mundo que protagonizaron entre 1519 y 1522 Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano en una de las mayores hazañas marítimas, geográficas y científicas de todos los tiempos.

La botadura de la segunda réplica de la embarcación que circunnavegó por primera vez la Tierra en un épico viaje de tres años y 14 días, en el que se recorrieron 37.753 millas náuticas, que tuvo como protagonistas a 18 marinos, y del que este año se conmemora el V Centenario, ha tenido lugar en los astilleros Palmás del municipio costero onubense de Punta Umbría, donde ésta ha sido construida durante los últimos doce meses.

El acto contó con la presencia de la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo; el presidente de la Diputación de Huelva, Ignacio Caraballo; la alcaldesa puntaumbrieña, Aurora Águedo; y el presidente de la Fundación Nao Victoria, José Fernández de Cabo, entidad esta última responsable del proyecto.

Pero lo de este martes ha sido solo un paso más de cara a alcanzar el cometido final para el que ha sido concebida la nueva réplica: ser icono de una de las mayores hazañas navales de todos los tiempos como museo flotante en el Guadalquivir y como parte de la oferta del centro de interpretación habilitado en Marqués de Contadero, el cual permite recrear la Sevilla de cinco siglos atrás gracias a un recorrido sensorial que traslada al visitante a la época de Magallanes y Elcano.

El caso de la Nao Victoria 500 flota sobre la Ría de Punta Umbría.

Tras su botadura, la embarcación será remolcada hasta la capital hispalense para atracar frente al Espacio Primera Vuelta al Mundo, donde concluirá su construcción con la instalación de los palos y de una arboladura formada por 320 metros cuadrados de velas y jarcias. Se trata de una maniobra "muy vistosa" y esperada por la Fundación Nao Victoria. Un momento "espectacular" que también "permitirá viajar en el tiempo, pues las labores requieren de un trabajo artesanal que ya se ha perdido" como es el caso de la labor de los antiguos rederos o de costura. Finalmente se incorporará al navío todo el contenido expositivo.