Fernando Ramírez Botello, oftalmólogo y agricultor

Un beasino ilustre que ha sido uno de los más reconocidos oftalmólogos de la provincia y ahora disfruta, ya jubilado, de su pasión por el campo

Fernando Ramírez Botello, oftalmólogo y agricultor
Fernando Ramírez Botello, oftalmólogo y agricultor / M. G
Fernando Barranco Molina

Huelva, 24 de octubre 2022 - 06:07

Conocí a al bueno de Fernando a través de mi gran amigo Agustín Domínguez Macías, pues ambos vinieron una vez a visitarme a mi despacho municipal para que yo le asesorase con un problema que le había surgido en su vivienda de Punta Umbría. Y de aquella primera vez surgió una gran amistad que aún hoy perdura.

Faltaba poco para la celebración de la romería de El Rocío y, aunque yo nunca he sido muy rociero, mi mujer, aunque gallega ella, sí que le gusta mucho y además le tiene una gran devoción a la Virgen de las Marismas. Pues bien, tanto Fernando como Agustín me dieron su dirección en la aldea de Almonte para que fuésemos por allí. Y no fue una invitación de compromiso, ya que en los días previos insistieron varias veces. Tanto es así que efectivamente fuimos a su casa y, cuál fue mi sorpresa, que me recibió otro gran amigo de la juventud, Pepe Rivero, quien se alegró mucho porque somos muy buenos amigos desde hace años. Ya hace bastante de todo esto, pero desde entonces no dejan de invitarnos todas las romerías.

Digo que Fernando es agricultor porque además de ser un magnífico oftalmólogo de gran prestigio, es un enamorado del campo y de la naturaleza en general desde muy pequeño. El nació en Beas el 30 de enero de 1947. Su padre era el médico del pueblo, don Fernando, una persona muy cercana y además propietario de varios terrenos rústicos. Por eso, desde pequeño acompañaba a su padre al campo y este le inculcó su vocación por la medicina y su amor al campo.

Su madre también era beasina, aunque oriunda de Ayamonte, y tuvieron 3 hijos: Fernando, Manolo, que es maestro, y su hermano Joaquín, odontólogo y tristemente ya fallecido. Los tres hermanos estudiaron carreras universitarias, cosa muy frecuente en el pueblo de Beas, donde actualmente, con una población que apenas supera los 4.000 habitantes, hay más de sesenta farmacéuticos, más de cincuenta abogados y otros tantos universitarios.

Fernando estudió el Bachiller en los Salesianos de Utrera y también en los Maristas de Huelva. Después se fue a Sevilla a estudiar la carrera de Medicina y posteriormente Oftalmología. Y allí se quedó cinco años especializándose con los mejores oftalmólogos de entonces, para luego venirse a Huelva a trabajar en la Seguridad Social, a la vez que instalaba su consulta privada. Llegó a tener mucho éxito en su profesión porque no dejaba de estudiar y aprender nuevas técnicas, asistiendo allá donde los mejores especialistas del mundo acudían a enseñar los últimos adelantos.

A todo esto, en el año 1972 se casó con otra paisana del pueblo, la encantadora y simpática señorita Ana Gómez Beltrán, que era licenciada en Filosofía y Letras y daba clases de Historia en varios centros a la vez como el instituto Pino Montano de Sevilla, el Colegio de Las Carmelitas y el de Las Irlandesas de Sanlúcar la Mayor, hasta que empezaron a venir sus tres hijos y ya se dedicó a ellos. Y por cierto, siguiendo la tradición por parte de su padre, la hija mayor también es médico.

Hoy Fernando ya ha dejado la noble profesión a la que se ha dedicado toda su vida y el a sí mismo se llama “agricultor”. Y es que su padre le dejó en herencia unas tierras, más otras que él adquirió. Y como además le encanta el campo, pues también dice que ya es “olivarero”, que para eso vive en un pueblo donde se producen los mejores aceites de España y pertenece a una cooperativa que no deja de ganar premios en todas sus variedades. El aceite verdial, el picual y la arbequina, de la Cooperativa del Campo de San Bartolomé son famosas en toda España porque han ganado premios internacionales en Berlín, Londres o Lisboa, entre otros lugares, de lo cual se siente muy orgulloso, igual que su amigo Pepe Rivero, que también es cooperativista. Y también son ambos muy devotos de la Virgen de Los Clarines, patrona de Beas.

Fernando ha dejado el listón muy alto en la oftalmología de Huelva, ya que ha sido toda una referencia. Pero dice que, afortunadamente, en la actualidad hay unos grandes profesionales muy preparados y que su falta no se va a notar. Está claro que mi buen amigo, además de ser un magnífico médico, es una gran persona.

A todo esto, Fernando presume de tener unos grandes amigos con los que convive casi a diario como son los ya mencionados Agustín Domínguez o Pepe Rivero, de los cuales yo también tengo el privilegio de ser amigo. Pero tengo que decir también que ninguno de los tres falta anualmente a su cita puntaumbrieña, porque son unos grandes enamorados de nuestro pueblo y de nuestra playa sin igual, y lo quieren como si fuese su propio pueblo pues vienen desde que eran pequeños.

Enhorabuena Fernando por ser como eres, gente como tu es la que necesita el mundo.

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