Una trama incrustada en el poder

El Tribunal Supremo ha decidido mantener la situación de prisión provisional para Santos Cerdán, hasta hace unas semanas secretario de Organización del PSOE y persona de la máxima confianza de Pedro Sánchez. El auto en el que se rechaza el recurso de apelación contra esa medida deja claro que la puesta en libertad de Cerdán conllevaría un elevado riesgo de destrucción y alteración de pruebas, manipulación de testigos e incluso de que se produjeran posibles movimientos de fondos ocultos. El ex dirigente socialista, según reitera en ese mismo auto, ejercía un “papel directivo” en la presunta trama de cobro de cuantiosas comisiones a cambio de la adjudicación de obra pública. Sin comprometer la presunción de inocencia que acompaña a todas las personas sometidas a una investigación judicial, la decisión del Supremo y los fundamentos en los que se basa para mantener la prisión señalan que se está ante unos hechos de la máxima gravedad y que, de confirmarse, revelarían la existencia en el mismo corazón del poder socialista de una conspiración delictiva de una amplitud con muy pocos precedentes en la historia reciente de España. La investigación sumarial que se está llevando a cabo, y de la que se conoce solo una pequeña parte, afecta tanto al núcleo duro del Partido Socialista como al del Gobierno que preside Pedro Sánchez. Era el ministerio dirigido por José Luis Ábalos, otra persona de su máxima confianza, el que presuntamente manipulaba las licitaciones de obra pública para favorecer a determinadas empresas, que pagaban cuantiosas comisiones cuyo destino final todavía se ignora. En el llamado caso Koldo, es imposible establecer un cortafuegos entre uno y otro ámbito, como se demuestra con la reciente imputación de altos cargos del Ministerio de Transportes sin cuyo concurso no se hubieran podido alterar los concursos públicos. Los próximos meses serán decisivos para conocer el alcance de la investigación y fijar los contornos de una trama incrustada en el poder político.