Conferencia de Presidentes: otro pulso político

EDITORIAL

En términos políticos, la Conferencia de Presidentes autonómicos que se celebra hoy en Barcelona proyecta la imagen de un Gobierno en horas bajas, que ha perdido la iniciativa y se ve acorralado por escándalos de diversa índole, y de un PP dispuesto a aprovechar esta situación para rentabilizarla en su propio beneficio para terminar de acorralar a Pedro Sánchez. Esta es la interpretación que cabe hacer del pulso que mantuvieron los presidentes de comunidades gobernadas por los populares para modificar el orden del día que la Moncloa quería llevar a la cumbre y que se limitaba a la vivienda, la universidad y la formación profesional. El hecho de que no se abordaran los aspectos relativos a la financiación autonómica, auténtico caballo de batalla de las administraciones regionales, provocó una dura reacción de los presidentes del PP en la que incluso se llegó a amenazar con un plante en la reunión de Barcelona, que en su primera parte estará presidida por el Rey. La Conferencia de Presidentes no se ha sustraído, por tanto, al clima de sobrecalentamiento político que sufre el país y que está afectando también a la actividad institucional. La reunión hubiera sido una magnífica oportunidad para confrontar posturas e iniciar el camino hacia una fórmula financiera que permitiera acabar con las injusticias que se derivan del sistema actual, en el que Andalucía es una de las comunidades más perjudicadas. No va a ser así porque la conferencia se va a convertir en un episodio más del actual pulso entre PP y PSOE. Ni tan siquiera el desesperado intento del Gobierno de recuperar la iniciativa con la presentación de un plan de vivienda dotado con 7.000 millones de euros va a ser capaz de cambiar el signo de la reunión. Desde el Ejecutivo andaluz, por ejemplo, ya se ha descalificado esta propuesta. La Conferencia de Presidentes va a ser, pues, otra oportunidad perdida para recuperar la normalidad política en un país abocado a la tensión permanente.

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