El Malacate

Javier Ronchel

jaronchel@huelvainformacion.es

El voto contra el hastío

Auna semana de la jornada electoral del 19 de junio, entramos ahora en la recta final de una campaña que está destacando por ser bastante plana y anodina. Si al electorado base, retirado de los partidos, le cuesta atender a estas citas, ahora parece que se le está dando facilidades para que siga al margen y deje que transcurra la cita sin implicarse en ella. "Esto lo organizan los políticos para ellos mismos. Que se lo coman ellos solitos", escuchaba hace unos días a un hastiado elector potencial en la mesa cercana de un bar.

Si el panorama pinta así en toda Andalucía, en Huelva no está siendo menos. Cierto es que las pocas notas de color que ha dejado la campaña por ahora han quedado en la provincia, en El Rocío, con la mal disimulada participación romera de los principales candidatos, o la inesperada irrupción del titular de la Diócesis onubense, que dio la vuelta a España. Pocos más se han dejado ver por estos lares, como ayer los pesos pesados de Vox al aire libre en la Plaza de la Merced de la capital, contraprogramados un sábado tarde por el éxodo masivo onubense a la playa. O las candidatas de Por Andalucía y Adelante Andalucía, aunque no tan pretendido por alguna, más discretas en días laborables.

También han pasado -como hoy mismo está previsto Pilar Llop- los ministros Félix Bolaños, Luis Planas y María Jesús Montero; aseguraban en algunos casos, en visita institucional, no de campaña. Fuera como fuese, estaría bien que en su paso por la provincia de Huelva, estos y los que tengan que venir estos días, comprueben por sí mismos las dificultades que tiene llegar hasta aquí. Sin AVE, sin aeropuerto, sólo por carretera, con todas sus limitaciones, porque seguro que a ninguno de ellos les dará por coger el Alvia en Madrid, o el media distancia de Sevilla, e incluso venir desde Zafra atravesando la Sierra. No se les ve a ninguno en esas. Ni ministros ni candidatos andaluces.

Y vendrán todos, de todos los partidos, con labores de gobierno presentes o pasadas, con o sin representación institucional, a reclamar la atención de los onubenses para pedirles su voto. Y caerá alguna promesa que otra, y proclamas en defensa de intereses locales. Aunque en el hartazgo de la mayoría, como aquel vecino de terraza esta semana, pesarán las pésimas comunicaciones que sigue sufriendo Huelva, o la acuciante falta de agua que ahoga a los mismos agricultores a los que se pretende dar lecciones por otro lado. Mientras esta provincia sigue siendo la única andaluza sin un hospital específico materno-infantil o sin una Ciudad de la Justicia, ejecutada, o proyectada al menos.

Pero la única salida válida a esa situación, más que el lamento y el hastío, será votar. Cada uno a quien crea mejor, pero votar. Es lo que nos queda a la ciudadanía. Porque toca que a Huelva la atiendan ya de una vez.

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