Ajuste fino

Antonio Castro / Ancastro@huelvainformacion.es

Los síntomas de la marginación

LA profusión de robos que se están produciendo en lugares como Rociana parece ser el resultado inicial de la marginación en que está quedando una población, en gran parte inmigrante, que al no tener trabajo necesita sobrevivir como sea. Lejos de establecer concatenación alguna entre la procedencia de las personas y su relación con la seguridad, y conscientes como debemos de ser de que toda persona, sea cual sea su condición, tiene derecho a cubrir las necesidades mínimas del ser humano, quizás fuera necesario empezar a abordar el problema social que puede derivarse del acelerado declive de ciertos sectores productivos y el incremento del desempleo, especialmente grave en la inmigración que es el colectivo más vulnerable y por tanto más sujeto a caer en la marginación con todas sus consecuencias.

Puede llegar el día, en este sentido, en que sea conveniente poner en marcha un plan de choque para ese volumen de población al que la crisis suele castigar con especial virulencia.

Si las medidas necesarias no se adoptan con tiempo suficiente, el ejemplo que Huelva ha dado reconduciendo el fenómeno migratorio con métodos como los contratos en origen, puede dar al traste corriéndose el riesgo de despertar una actitud xenófoba, animada por la inseguridad ciudadana, que haga de los inmigrantes una plaga indeseable cuando en realidad son las víctimas primeras de cualquier situación de declive económico agudo.

Dejar el problema al pairo, esperando que el tiempo lo resuelva o evitando abordarlo con valentía es la peor forma de velar por los intereses generales.

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