La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

La sabiduría expulsada de la Universidad

El despido de Maitland Jones es un síntoma de la universidad como mercado del conocimiento

De laletra con sangre entra al actual disparate educativo media el abismo de los hechos y de la verdad no subjetiva ni relativa, sino probada por la experiencia. Ha sido noticia internacional el despido de la Universidad de Nueva York del profesor Maitland Jones, una eminencia en química orgánica. ¿La causa? Un documento firmado por 80 de sus 350 alumnos, en el que se le reprocha impartir un temario excesivamente complejo, impartir clases excesivamente difíciles, plantear exámenes excesivamente complicados y calificar con notas excesivamente bajas (la reiteración de excesivamente es voluntaria). Los estudiantes instan al profesor "a que se dé cuenta de que una clase con un porcentaje tan alto tanto de abandonos como de bajas calificaciones no ha logrado que el aprendizaje y el bienestar de los estudiantes sea una prioridad y se refleja negativamente en el departamento de química y en la institución en general".

Es cierto que hay profesores que basaban su prestigio en el número de suspensos, considerándolo una muestra de su alto nivel de exigencia. Y que hay grandes intelectuales, creadores o investigadores que son pésimos docentes. Pero no es el caso de este veterano profesor que aúna prestigio, conocimientos y larga experiencia docente. Así lo han dicho los colegas que han firmado un documento en su defensa y hecho declaraciones a la prensa en los que denuncian: "Esta decisión apunta a una bajada de los estándares de educación… Todos estamos alineados en la posición de querer que los estudiantes tengan éxito, pero en ocasiones estamos usando herramientas y métricas inapropiadas… Nuestras acciones van a verse impulsadas por el miedo".

Especial relevancia tiene lo dicho por la profesora de Química Paramjit Arora, colaboradora del profesor expulsado: "Es evidente que los rectores quieren que esto concluya y que los estudiantes queden satisfechos para que hablen muy bien de la universidad, de tal modo que más personas postulen y siga subiendo su posicionamiento en la clasificación de la revista U. S. News". Porque no solo se trata de lograr más aprobados y menos suspensos por la drástica vía de bajar el nivel, y de dar a la opinión de los estudiantes mayor peso que a la probada maestría investigadora y docente del profesor, sino de ese mercado del conocimiento, a su vez puesto al servicio del mercado, en que se están convirtiendo las universidades.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios