
La firma
Antonio Fernández Jurado
“Y tú, más”
Crónicas levantiscas
La responsabilidad de Pedro Sánchez en el caso de Santos Cerdán abarca la doble culpa política: la de la elección, porque lo confirmó en diciembre pasado en Sevilla cuando ya había acusaciones contra él y era de todos conocido que fue quien llevó a Koldo desde Navarra a Madrid, y sobre todo la de la vigilancia, porque ante tales sospechas, indicios o simples dudas optó por encerrarse en un mundo paralelo donde lo que no conviene es puro bulo. Se trata de un sesgo cognitivo mayúsculo del presidente: todo es mentira interesada de la fachosfera o maniobras oscuras de algunos jueces o trolas inventadas de Víctor de Aldama. Ni eligió bien ni vigiló.
Pedro Sánchez no sólo desperdició el tiempo durante los cinco días que se tomó de retiro por la imputación de su esposa por el caso de la cátedra de la Complutense, sino que confundió la realidad a su conveniencia para dormir más tranquilo. Salió de Moncloa con un plan de regeneración democrática que incumbía a otros, a la oposición, a los jueces y a los periodistas, pero ni a él ni a su partido, de tal modo que las acusaciones que Víctor de Aldama realizó en la Audiencia Nacional en diciembre de 2024 se convirtieron en un relato inverso: todos los señalados eran honestos por el hecho de haber sido nombrados por el comisionista.
Todos los delatados eran puros. La trampa psicológica que Pedro Sánchez se ha hecho y de la que, al parecer, se zafó el jueves pasado cuando pidió el perdón y admitió el error de haber confiado en Cerdán, está motivada por las implicaciones de las actividades de su esposa, porque Aldama fue comisionista del rescate de Air Europa y Begoña Gómez tuvo relación con sus propietarios a cuenta de su cátedra. Ése es el nudo de conciencia que el presidente del Gobierno trató de resolver a su modo mediante la culpabilización de los otros, puro escapismo mental. Eso es lo que impidió a Pedro Sánchez investigar a Santos Cerdán –el vínculo de Aldama con su esposa– y lo que motivó que nadie en el Gobierno y en el PSOE quisiesen actuar. ¿Qué han hecho los ministros de Justicia y de Interior? En la inopia.
Porque el retiro de cinco días de Pedro Sánchez aún tuvo una consecuencia más grave, todos sus colaboradores más cercanos, incluidos los ministros socialistas, se postraron en modo adoración al líder para solventar su posible culpa, y es que el presidente del Gobierno se encerró para castigarlos, porque no encontró suficientes apoyos de su círculo ante esas primeras acusaciones a Begoña Gómez. Por eso firmó aquella carta en solitario, por eso no se lo adelantó a ninguno de ellos, por eso los mantuvo en vilo hasta verlos arrastrarse por la calle Ferraz.
También te puede interesar
La firma
Antonio Fernández Jurado
“Y tú, más”
La esquina
José Aguilar
La corrupción es cosa de hombres
El balcón
Ignacio Martínez
La cordada del Peugeot
En tránsito
Eduardo Jordá
El gran misterio
Lo último