La noticia avanzada el pasado jueves por este periódico supuso un tremendo revolcón para el mundo del toro en general. Dejando a un lado las desagradables disputas personales y familiares, que han desembocado en este cambio de rumbo, lo cierto es que José Luis Pereda, hijo del mítico empresario que hace treinta y siete apostó por devolver el relumbre a la plaza de toros de Huelva, tiene ante si el reto de continuar lo mucho y bueno realizado en estos años atrás. Huelva necesita una feria importante con las mejores figuras y quien sabe si de cuatro días.
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