LA permanencia del Recreativo pasa por disponer de la utilidad de los recursos del banquillo. Lucas Alcaraz ofrece el perfil de un técnico inflexible, tenaz en sus ideas y de fuerte mentalidad, de salidas con tonos sarcásticos para restar presión a la plantilla. Pero, al llegar la fase decisiva, el fin es que todos los profesionales cuenten y sumen, además de tenerlos pletóricos de responsabilidad, concienciados, motivados, es decir, que crean en sus posibilidades.

Por eso, en el fútbol es necesario tener una buena mano izquierda para atraer al redil al jugador algo 'distraído' de sus deberes, que en algún momento tuvo un desliz en deterioro del espíritu de equipo por diversas circunstancias. Y ahí tiene una asignatura pendiente el técnico granadino. Casos de Javi Guerrero, Ersen Martin o Nayar, al margen de sus problemas personales, no han reforzado el potencial del Recreativo. Al margen de los eternos lesionados, todo el peso de la Liga ha recaído en 15-16 jugadores, que es un handicap.

El Recreativo es un equipo de obreros y pocos especialistas, que siempre dependerá tanto de los 'presuntos' titulares con exceso de confianza como de los 'distinguidos' reservas sin el respaldo definitivo. Ahora, los actores secundarios, que no han contado para Alcaraz, deben responder en el momento cumbre de la temporada con intensidad y ritmo por encima de cualquier discrepancia pasada.

De los rezagados, Ersen Martin, si se le orienta para que evite líos de piques con rivales, puede ser muy rentable. Ya lo demostró la pasada temporada en idéntica situación aportando experiencia, contundencia e intimidación, además atrae la atención defensiva para el desahogo de Colunga y Camuñas. El gigante turco tiene hambre y ganas, presencia en el área y un reclamo para la afición. Sólo ha participado a rachas en 12 partidos. Nunca fue titular. Y en el Nuevo Colombino se necesita mayor poder ofensivo después de más de tres meses sin ganar.