Una premisa y ¿conclusión?

El PSOE, histórico partido de estado con un papel clave en la Transición, ya no existe como tal

Después de la pasada sesión de control en el Congreso, me van a permitir comience con una premisa, ya evidente, que me permita sin la formulación evidente de un silogismo a una conclusión cada vez más obvia. Esto es, visto lo visto, que el PSOE, histórico partido de Estado, protagonista indiscutible de la Transición, ya no existe como tal; la alargada sombra del zapaterismo caudillista de culto al líder ZPedro, en unos casos por los privilegios, en otros por supervivencia, y muchos por miedo. Baste para entender esto el rotundo silencio, el enmudecimiento ante el lamento pesaroso en una cámara como el Senado, ante el suicidio de un miembro de ETA, por parte del presidente, al objeto-erróneo, pues reforzó el vínculo-de blanquear a Bildu, obviando la memoria de los socialistas asesinados, y no digo compañeros porque los de ahora son ''sanchistas'', de los fallecidos por la pandemia, si no acepta su número cómo va a plantear lamento alguno. Esto en su conjunto, lleva a la conclusión de que cada vez se intuye más la existencia de un sustrato patobiografico en el Presidente.

En sus planteamientos al margen de la permanencia de la mentira, como vincular los PGE a la ayuda de la UE, la incoherencia-el campeón del NO es NO-confunde unidad con sumisión y si ésta no se produce acusa de bloqueo al oponente que pretendería derribar al Gobierno, como si ese no fuera el objetivo de la oposición y que él mismo ha utilizado… podríamos seguir, pero si a ello unimos el perfil del personaje, culminamos la conclusión. Y es que disfruta viendo cómo molesta y enfada a sus rivales, consciente de su actual posición de privilegio, lo que parece no saber, por altas que sean sus pretensiones, es que en la política ''democrática''-suponiendo que él lo sea-el carácter vitalicio de los cargos no existe. Por mucho que se crea único, que abuse de la impostura y el histrionismo para encubrir sus lagunas éticas. Su permanente exigencia de admiración -aplaudidores dependientes incluidos-a cambio de nula empatía y siendo un exigente explotador para alcanzar sus metas y objetivos, acompañado de una desmemoria prodigiosa frente a toda su propia producción bibliográfica declaratoria, con lo que pasa olímpicamente, en castizo, se ''chulea'' de todo ello.

En fin, estas formas tienen interpretación en la medicina clásica, en alguna rama concreta, que yo no definiré. Lean, piensen, y si no lo saben, pregunten a un experto.

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