Hacia el año 354 a. C. se cree que murió Dión de Siracusa. En esa fecha Platón escribe su Carta VII, es más, el filósofo griego, al final de esa carta pone a Dión como modelo político. Escribe Platón: "Dión tenía la misma determinación que yo diría debemos tener y cualquier otro que sea sensato: en lo que se refiere al poder personal y el de los amigos y a la propia ciudad, se estará dispuesto a alcanzar los mayores poderes y honras prestando los mayores servicios públicos. Y tal cosa no ocurre si uno se dedica a enriquecerse a sí mismo, a sus camaradas y a su ciudad conspirando y reuniendo conjurados".

Y ciertamente uno mira la España de ahora, lee la Carta VII de Platón, y se le vienen a la cabeza muchas cosas y aún más conclusiones. Me da la impresión de que Sánchez e Iglesias, y su puñado de acólitos, se han empeñado en destruir España. Sí, escuchan bien. Es como si hubieran acordado destruir este país, toda su historia y toda su leyenda, y construir uno a imagen y semejanza de los nuevos creadores, a la par, los Sánchez e Iglesias.

Un nuevo país donde el pasado no exista, donde la mentira reine, y puedan hacer todo cuanto les venga en gana sin dar explicaciones a nadie, tan solo a ellos mismos, a los nuevos creadores. Construir es algo muy complicado, los cimientos deben ser sólidos, precisan de tiempo para su asentamiento, necesitan historia y voluntad. En cambio, destruir es muy fácil, basta empeñarse en ello. España ahora es, como aparece en El Quijote: "Este mal mundo que tenemos, donde apenas se halla cosa que esté sin mezcla de maldad, embuste y bellaquería".

Escribía Heidegger en Observaciones relativas al arte -la plástica- el espacio: "El hombre no hace al espacio; tampoco es este una manera subjetiva de la intuición; pero tampoco es nada objetivo, como si él fuera un objeto. Más bien, para espaciar como espacio, a éste le hace falta el hombre". Y sin los españoles España no es nada, ese es el error que están cometiendo los nuevos creadores, que intentan construir un modelo ajeno a la identidad de nuestro país, de nuestra sociedad, de nuestro propio planteamiento. Y sin eso no somos nada, por mucho que ellos se empeñen.

Recuerdo esas palabras de El Quijote de Cervantes: "No entraréis acá, saco de maldades y costal de malicias. Id a gobernar vuestra casa y a labrar vuestros pegujares, y dejaos de pretender ínsulas ni ínsulos". España es de los españoles y ustedes, señores gobernantes, no la van a hacer vuestra.

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