La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

La matanza de los inocentes

Que la vida es sagrada es obvio: es un principio más fuerte que cualquier principio democrático

En El Evangelio según Mateo -la única película en los 125 años de historia del cine ante la que se puede rezar como si fuera un icono- Pasolini escogió el espiritual Sometimes I Feel Like a Motherless Child, interpretado por la cantante y activista negra Odetta, para la escena del nacimiento de Jesús Nazareno y la adoración de los Magos. Un año antes, a petición de Martin Luther King, Odetta había cantado O Freedom en la histórica movilización en favor de los derechos civiles culminada en Washington el 28 de agosto de 1963. Esos días Pasolini trabajaba ya en el guión de la película que rodaría el año siguiente, entre el 24 de abril y el 28 de junio de 1964. La letra de este espiritual dice: "A veces me siento como un niño sin madre… Un odio me acecha y nunca me siento a salvo de este peligro. Los ojos del diablo me tendieron una trampa…".

Se entiende la elección de este espiritual cuando, tras la tierna escena del nacimiento y la adoración, se produce la matanza de los inocentes para la que Pasolini escogió como fondo el siniestro Rusia bajo el yugo mongol del Aleksander Nevski de Prokofiev. Una brutalidad más sobrecogedora por la sobriedad realista con la que Pasolini filmó el asesinato de los niños ordenado por Herodes y el desgarrador dolor de sus madres. En absoluta fidelidad al Evangelio de San Mateo, una voz off clamaba la profecía de Jeremías: "Un griterío se oye en Ramá, es Raquel que llora a sus hijos y no quiere consuelo, porque ya no existen".

Lo quiero recordar hoy, conmemoración de la matanza de los Santos Inocentes, trayendo a colación la película de Pasolini porque la suya fue la única voz que se alzó desde la izquierda italiana para denunciar el aborto. El 19 y el 30 de enero de 1975 publicó en Il Corriere Della Sera los artículos Estoy en contra del aborto y Réplica sobre el aborto (los pueden leer en Escritos corsarios, ed. Oriente y Mediterráneo). En ellos escribía: "Estoy traumatizado por la legalización del aborto, porque la considero una legalización del homicidio… Que la vida es sagrada es obvio: es un principio más fuerte que cualquier principio democrático… La legalización del aborto es una gran comodidad para la mayoría".

Hace pocos días escribía aquí que el primer derecho de los niños -que a muchos se les niega con amparo de la ley- es el de llegar a serlo, es decir, el de nacer. Hoy es un buen día para recordarlo.

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