Una lección de historia

03 de diciembre 2025 - 03:07

El 16 de febrero de 1936 una coalición de izquierda -el Frente Popular- ganó las elecciones generales convocadas en la Segunda República. En España existía un régimen democrático en el que los españoles y españolas -sí, las mujeres- podían votar. Las derechas no aceptaron el resultado y cuestionaron el gobierno del Frente Popular. El 18 de julio de 1936 un grupo de militares dió un golpe de estado provocando una guerra civil entre los defensores de la democracia y los defensores del golpe de estado.

El 1 de abril de 1939, Franco, un general bajito, culón y con bigote, ganó la guerra y estableció una cruel dictadura militar, que prohibió los partidos políticos, el derecho al voto de las mujeres, la libertad de asociación y expresión, el derecho a la sindicación y a la huelga, etc. Era un régimen dictatorial de partido único: la Falange española de las JONS, encargada entre otras cosas de dar el “paseo”, es decir asesinar de noche, con premeditación y alevosía, a todo aquel que fuera republicano o republicana.

El 31 de julio de 1959 un grupo de radicales vascos fundó la banda terrorista ETA, que defendía la violencia armada como medio de lucha política. Desde esa fecha, la historia de ETA está marcada por un reguero de sangre, que sumió en el terror y en el miedo al Estado Español. Gracias a la presión de la ciudadanía, de las fuerzas de seguridad del Estado y de la justicia el 20 de octubre de 2011, la organización terrorista abandonó la “lucha armada” y el 3 de mayo de 2018 anunciaba su disolución y pedía perdón por el daño causado.

Conviene dejar claro que ETA no existe, así que vamos a dejarla en paz. Lo digo porque el pacto entre PSOE y Bildu en Navarra que permite a a Bildu gobernar el ayuntamiento de Pamplona, a cambio de su abstención en el Parlamento navarro, es un pacto entre PSOE y Bildu, pero no con ETA, que ya, afortunadamente, pasó a mejor vida.

Quien sí existe es la Falange con su carga de violencia, organizando homenajes fascistas, violentando a mujeres, portando símbolos anticonstitucionales y cantando cara al sol, mientras gritan consignas racistas, machistas y antidemocráticas. De eso sí deberíamos preocuparnos y no de organizaciones que ya no existen. La democracia está en peligro y deberíamos defenderla con más fuerza y vehemencia.

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