Huelva no sale en los mapas

La significativa ausencia del mapa gastronómico nacional desnuda a la provincia onubense y muestra sus grandes debilidades, lastrada por la falta de ambición y orgullo que deberían impulsar su potencial

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Corte de un jamón de la DO Jabugo.
Corte de un jamón de la DO Jabugo.

Huelva, 28 de diciembre 2025 - 02:05

EL anuncio hace unas semanas de los restaurantes distinguidos con estrellas en la Guía Michelin 2026 nos enfrenta en Huelva a una realidad dolorosa que nos desnuda y muestra nuestras vergüenzas, nuestras debilidades, que en buena parte están detrás de los escasos avances propios.

La imagen sonrojante la proporciona el mapa de la biblia culinaria mundial, que riega de estrellas los restaurantes de toda España y deja un agujero en esta esquinita del sur. Huelva es la única provincia de Andalucía sin estrella. Es también la única provincia costera española, incluidas las islas, sin la preciada distinción. De hecho, únicamente hay dos provincias más, entre las 52 de España, que no tienen un solo restaurante entre los mejores de la guía: Badajoz y Palencia. Igualan a Huelva en la nada. En la práctica, a la inexistencia gastronómica. Una verdad incómoda que debemos asumir y analizar.

Es paradójico que la provincia con una de las marcas gastronómicas más potentes del mundo, que es Jabugo, se quede un año más sin estar entre los elegidos en la famosa guía que marca el paso internacional en este ámbito.

Constantemente necesitamos recordarnos que de aquí sale el mejor jamón, la mejor carne de cerdo, la mejor gamba blanca y los frutos rojos más preciados en Europa. Eso es incontestable, como que también tenemos otras materias primas de altísimo valor: gurumelos, chocos, coquinas y chirlas, mojama, conservas, cordero, pescado, quesos, marisco, vinagres...

Es hora de tomarse en serio la gastronomía en Huelva y apostar muy fuerte por ella

La lista podría ser más larga por singularidad y calidad. Pero siendo todo cierto, nuestras continuas referencias a la extraordinaria despensa que tenemos llevan un mezcla de autocomplacencia y culpabilidad por no ser más reconocidos en esta faceta. Y lejos del agravio externo, recae en nosotros mismos la obligación de mostrar todo lo bueno que tenemos en esta tierra. No sigamos esperando a que otros vengan a conocerlo y exportarlo. Pésimo mensaje lanzamos al exterior si no somos capaces de enseñar al resto del mundo todo lo extraordinario que aquí tenemos.

Grandes restaurantes y cocineros onubenses

Un inciso necesario. Hay que reconocer, y agradecer siempre, que Xanty Elías, hace justo diez años, pusiera a Huelva en ese mapa de Michelin, del que desaparecimos hace cuatro por el cierre de su Acanthum. Debemos ser justos y decir que tenemos en Huelva muy buenos cocineros y grandes restaurantes. En la capital y en la provincia. Como ahora la apuesta del propio Elías, Finca Alfoliz, con Estrella Verde de Michelin, distinción de la sostenibilidad integral que mantiene desde su apertura en Aljaraque con esa otra categoría bajo las estrellas, la Bib Gourmand, que comparte otro de los restaurantes onubenses más preciados, Arrieros, de Luismi López, en Linares de la Sierra, siempre a un paso de la elite.

Xanty Elías posa en la puerta de su restaurante 'Acanthum' en Huelva, tras conseguir la primera estrella para la provincia en 2015.
Xanty Elías posa en la puerta de su restaurante 'Acanthum' en Huelva, tras conseguir la primera estrella para la provincia en 2015. / Alberto Domínguez

Sin olvidar a los guardianes de la cocina tradicional y la calidad de los productos, Azabache y Portichuelo, referencias locales con luz propia, y muchos otros también en la provincia, hay que tener presente que la pertenencia a la mejor gastronomía internacional la dan las estrellas de la Guía Michelin. Aunque algunos lo consideren un elitista ejercicio de selección y se puedan cuestionar los estándares establecidos. Es la referencia para una clientela común que viaja a su encuentro, y marca la tendencia general para que el resto del país ponga su atención en un lugar.

El año pasado hacíamos una reflexión parecida sin que nada haya cambiado desde entonces. Si acaso, a peor. Pero esta evidencia debemos convertirla en un punto de inflexión para volver a ese mapa del que desaparecimos.

El ejemplo de Jaén

No hay que irse muy lejos para encontrar un modelo en el que fijarse. Jaén se estrenó en la guía en 2018 y desde 2023 ya tiene cinco restaurantes con estrella, en una provincia similar a Huelva, con un producto de primer orden internacional, el aceite de oliva, pero no con tanta despensa ni el beneficio de ser costera. Y tan mal comunicada. Pero el foco ya está puesto allí.

Allí se unieron iniciativas públicas y privadas para apostar muy fuerte por la gastronomía y los productos locales como motor. Y por la formación y profesionalización en el sector. Los frutos han acabado llegando gracias a un talento local del que tampoco está exenta Huelva. Hay base.

Para seguir ese camino (que tampoco es infalible) hay que alimentarse de lo mismo que en otros casos: ambición y determinación. A todos los niveles. Y eso depende de la implicación de nosotros mismos, los onubenses. Sin responsabilizar a nadie ajeno ni esperar a que vengan a regalarnos nada.

Hay que aprender a venderse mejor. Y saber que el beneficio será para todos, no solo para quienes exhiban la estrella Michelin en su puerta. Se trata de dinamizar la economía local, de tejer un red de productores y artesanos, de profesionales hosteleros, y de elevar estándares propios. Así, seguro, se generará riqueza. Y lo demás también vendrá. Es hora de tomarse más en serio la gastronomía en Huelva.

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