NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Los profesores recuperan el control de las aulas
El equipo de La Otra Orilla, reunido en asamblea la pasada semana, decidió, por unanimidad, cambiar su ideario y comunicarlo mediante la presente a todos sus lectores y, por supuesto, al la propia dirección del Huelva Información, el periódico en el que se publica esta columna.
A partir de ahora el único objetivo que tendrá La Otra Orilla será el de lograr que Vox gobierne todas las instituciones del Estado, ya sean estas del Poder Judicial, del Legislativo o Ejecutivo, a nivel local, autonómico o central. Esperamos, por supuesto, que también, junto a sus homólogos europeos, tomen el control de la Eurocámara y la Comisión Europea.
Este equipo está convencido de que es imprescindible restaurar los tradicionales roles de hombres y mujeres: ¡Ya está bien de tanto hombre blandengue! ¡Ya está bien de tanta feminazi! Y, por supuesto: ¡ya está bien de criminalizar a los que pretenden poner orden en sus casas!
Hay que acabar también con la amenaza del vicio que pretende imponer el lobby de los gais, recordando aquello que decía la gran Ana Botella: las manzanas son manzanas y las peras, peras.
Hay que frenar la pérfida Agenda 2030: ¿qué es eso de poner fin a la pobreza, de acabar con el hambre, de reducir las desigualdades, de promover la paz y la justicia, de garantizar la salud, el bienestar, una educación de calidad, el agua limpia, energía y el trabajo decente para todos? ¿En qué cabeza cabe perseguir esos objetivos? Sólo en la mente de peligrosos comunistas.
Hay que impedir que la lucha contra el cambio climático y el Pacto Verde Europeo lleguen a buen puerto, que nos dejen en paz, que podamos usar libremente nuestros coches donde nos dé la gana y contaminar aire, ríos y océanos sin restricciones.
Y, por supuesto, hay que construir vallas más altas en el mar, dejar que los africanos que intenten saltarlas se ahoguen en el mar y devolver al desierto a los que logren llegar a nuestras costas.
Ojalá un futuro en el que nuestra grandiosa raza aria gobierne el mundo, libres de esclavitudes woke y de la agenda globalista e islamista, un futuro en el que nuestro amado líder cabalgue, a lomos de un indómito corcel, tocado por su graciosa boina, por nuestras dehesas, rumbo a la Moncloa y, desde allí, acabe con la conspiración judeomasónica y devuelva el esplendor que los Reyes Católicos dieron al Esplendoroso Imperio Español.
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