El Malacate

Javier Ronchel

jaronchel@huelvainformacion.es

El futuro de Huelva en los suelos

La Cámara de Comercio ha lanzado una iniciativa para catalogar todos los terrenos de uso industrial y ponerlos a disposición de empresas que se vinculen a los proyectos en desarrollo La campaña electoral de todos

El futuro de Huelva en los suelos El futuro de Huelva en los suelos

El futuro de Huelva en los suelos

LA Cámara de Comercio de Huelva ha puesto en marcha una iniciativa para impulsar la disposición de suelos en los municipios del entorno metropolitano para ser utilizados en desarrollos industriales a la estela de los grandes proyectos que vienen en camino a la provincia. El paso dado es tan sencillo como partir de los términos municipales de Palos de la Frontera y Moguer, como referencia, y trazar un radio de 40 kilómetros como posible área de influencia inmediata asociada fundamentalmente a los proyectos de hidrógeno verde y el CEUS para los sistemas aéreos no tripulados, entre otros.

A los ayuntamientos incluidos en ese área se les ha invitado a integrar una base de datos en la que se recopilará todo el suelo industrial disponible en cada término, sea de titularidad pública o privada, así como el susceptible de ser recalificado para tener tal uso si fuera necesario.

El objetivo no es otro que tener un catálogo fiable y de utilización inmediata para ser ofrecido a cualquier compañía con aspiraciones de vincularse a estas actividades y baraje implantarse en la zona para trabajar en Huelva. Y para ello, y más para plantear uno nuevo de envergadura, es fundamental contar con una superficie adecuada y suficientemente extensa para lo que se requiera.

Hay escasez de terrenos, aunque no lo parezca. Huelva ha tenido siempre a favor la existencia de grandes áreas libres para la implantación de industrias. Todavía quedan pero las exigencias han aumentado ya que los grandes proyectos energéticos requieren de muchas hectáreas de suelo que no siempre están al alcance y en unas condiciones óptimas para que sean rentables.

Ahí ahora, por encima de otras instancias superiores, es donde las administraciones locales deben dar un paso adelante y asumir con responsabilidad el papel destacado que también tienen en el diseño del futuro económico de esta provincia. Lo deberían hacer todos los ayuntamientos, de manera generosa y sin recelos, entendiendo que el beneficio es mancomunado, por extensión para toda la provincia, pero de manera muy directa para los vecinos de cada uno de ellos en forma de empleo, también indirecto e inducido.

Para implicarse en una iniciativa de este tipo hay que insistir en la necesidad de que prime la colaboración y la retroalimentación entre todos los municipios que participen de esta ventana al desarrollo que se abre en Huelva, sin ver en ello una competencia abierta o una lucha fratricida por un pastel que cunde para todos, salvo que se marche a otra provincia por perder aquí el tiempo en cuestiones que realmente deben ser menores en este momento. Y la provincia de Huelva no está para perder oportunidades.

La apuesta local no sólo debe limitarse a la mera disposición de los suelos, como piedra angular. También debe extenderse, y de modo firme y contundente, a medidas fiscales y otro tipo de incentivos que hagan competitivos y rentables esos terrenos a ofertar a empresas dispuestas a dejar riqueza en esta tierra.

Sólo así tendrá sentido que en Huelva contemos con un proyecto como el CEUS o como los de las plantas productoras de hidrógeno verde y biocombustibles, o la innovadora de reciclaje de metales en aparatos electrónicos y eléctricos. No se trata de lo que generarán directamente en esta tierra las inversiones de Atlantic Copper, Cepsa, el INTA, Fertiberia o Iberdrola en la provincia de Huelva, sino de lo que pueden generar otras grandes compañías que estudian su implantación atraídas por el enorme polo energético en ciernes y el centro para el desarrollo de aviones no tripulados en construcción. También por todo lo que todos ellos pueden generar a su vez, abriendo la participación en sus desarrollos para formar un tejido industrial sólido y directamente convertido en tractor de la economía provincial, antes que la regional o la nacional.

Ahora que en una semana hay elecciones para decidir los gobiernos locales de los próximos cuatro años, los que estarán en primera línea cuando estos proyectos se pongan en marcha, urge un compromiso de todos los candidatos para favorecer la implantación de empresas, ya sean de los sectores aeronáutico o energético, como apunta la Cámara, que puedan dejar empleo y rentas a esta tierra tan necesitada de progreso económico.

Poca fuerza se tendrá para reclamar inversiones si aquí no se facilita la llegada, al menos, de las privadas, que, ya se ha visto, van a aportar más que la Administración en los últimos 50 años. Sólo es necesario consenso y una respuesta común decisiva para que así sea.

Otra cosa es el agua, como otro cimiento para construir el futuro. Sigue pendiente la ejecución de infraestructuras aprobadas, e incluso en marcha, como la esperada presa de Alcolea. Hay otra iniciativa en marcha, anunciada estos días, para retomar esas obras abandonadas hace seis años. Porque no pueden bloquearse más tiempo con argumentos que se caen por su propio peso y que quedan rebatidos desde el mismo momento en que hay una Declaración de Impacto Ambiental aprobada y vigente. Pero eso da para hablar en profundidad en otro momento, si es que persiste el empeño de castigar a la provincia de Huelva también sin las inversiones que tiene aprobadas.

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