Me dais asco casi todos

24 de diciembre 2025 - 03:07

Voy por la calle sonriendo. Os saludo y os mando mis mejores deseos, incluso tarareo villancicos y silvo la de All i want for Christmas is you, pero en realidad me dais asco casi todos. No puedo evitarlo. Me pasa cada año, y cada año peor, por estas fechas. Tan mal llevo la cosa que todavía no he cantado en ninguna zambomba o zambombá o como os dé la gana llamarlas, y mira que las hay a patadas. No es algo que eche de menos, claro. De hecho, confío en no hacerlo nunca porque me dan arcadas cuando os veo a todos cantando como clones la cancioncita de la Niña Pastori, y no digamos si os ponéis a bailar como la Beyoncé los villancicos de Michael Bublé y pasáis uno detrás del otro -o una detrás de la otra, inclusivamente hablando- mirando a cámara y moviendo la boca como si supierais lo que estáis cantando. O esa manía que tenéis ahora algunos de haceros vídeos de belenes y vais por la vida sujetando con los deditos un micro en miniatura, como si los de corbata no se hubieran inventado hace cincuenta años. Por suerte para todos, sobre todo para ellos, ya va de paso la moda de sacar en las redes la foto del niño disfrazado de reno o las del perro o el gato ataviaditos tos con sombreros de Papá Noel. Y tiene pinta de que lo de las luces que se encienden y se apagan al son de una música estridente está pasando a mejor vida, que ya le tocaba, porque la chorrada iba camino de superar en ridiculez a los grimosos muñecos de Cortylandia. Los grinchs nos hacemos grinchs cuando nos damos cuenta de que las mejores navidades de nuestras vidas son las que ya pasaron. Un día miras a tu alrededor, ves un montón de sillas vacías y te fijas en que sus ocupantes, Navidad tras Navidad, han ido desapareciendo, dejándote dentro agujeritos, unos más grandes que otros, que un día no puedes rellenar por más vídeos que grabes, más fotos que te hagas y más zambombas, palillos y panderos que les pongas encima. Va con la edad, y sus avatares: de repente, te percatas de que toda esa felicidad que desparramamos estos días no es más que el recuerdo de otros días que fueron mágicos, y los echas tanto de menos, a ellos y a quienes los vivieron contigo, que te llevan los demonios. Los grinchs somos grinchs desde ese momento, y lo somos hasta que miramos a los que ocupan ahora las sillas y nos damos cuenta de que para ellos la magia es ahora. Entonces, aunque nos deis asco casi todos, sacamos las panderetas y cantamos por Mariah Carey, por Bisbal o por quien haga falta, alegres aun con la certeza de que estamos creando los mejores recuerdos de futuros grinchs. Pero qué demonios, es lo que hay. Feliz Navidad. Jou, jou, jou.

stats