Vicente Quiroga

Vuelve el murciélago vengador

Multicines La Dehesa Islantilla, CineBox Aqualon Puerto Huelva, Cineápolis Lepe, El Condado Cinemas 7 y Al Andalus Punta Umbría.- T.O.: 'The dark knight'.- Producción: Estados Unidos, 2008.- Duración: 152 minutos.- Dirección: Christopher Nolan.- Guión: Jonathan Nolan y Christopher Nolan.- Fotografía: Wally Pfister.- Música: Hans Zimmer y James Newton Howard.- Montaje: Lee Smith.- Intérpretes: Christian Bale, Heath Ledger, Gary Oldman, Michael Caine, Aaron Eckhart, Morgan Freeman, Maggie Gyllenhaal, Eric Roberts.

Hay películas en las que circunstancias, por lo general trágicas, que afectaron a su rodaje o a sus intérpretes, les proporcionan a la vez un precedente dramático y publicitario.

Cuando, como es el caso, se trata de una eliminación voluntaria de la vida, un cierto halo inquietante acompaña siempre a su estreno. La muerte del actor Heath Ledger, intérprete muy singular de ese personaje característico de la saga de Batman, El Joker, con las dudas y el misterio que suelen plantear unas circunstancias como las que determinaron su óbito, proporcionan a El caballero oscuro un factor intrigante.

Se ha dicho, se ha escrito, se ha publicado y creo que es así que 2008 se recordará como el año en que el vengador de la capa encontró una de sus encarnaciones más próximas al mundo real. Es decir que esta nueva versión recupera en cierto modo sus más esenciales raíces o al menos en el aspecto narrativo que estableciera Frank Miller al inicio de los ochenta y descubriera en The dark knight returns, su expresión más cabal. Factores tan decisivos como la tragedia, la violencia y el realismo permitieron acercar el "cómic" a un público más adulto.

Lejos de los aparentes excesos de Batman begins (1992), de Tim Burton, pese a las limitaciones de sus productores, y del Batman y Robin (1997), de Joel Schumacher, empeñado en devolver a la saga su tono más "kitsch", que mereció la reprobación del público y la crítica, El caballero oscuro nos sorprende en primer lugar por prescindir de los siniestros decorados, espectrales reminiscencias del viejo expresionismo alemán o de la fantasmagoría gótica de Burton. Christopher Nolan, adueñándose de una cosmogonía más propia, ha preferido rodar en las áreas urbanas del frío Chicago.

Algunos con cada Batman han pretendido descubrirnos el Mediterráneo sin tener en cuenta o tal vez ignorar que los 120 capítulos emitidos en televisión entre 1966 y 1968 definieron bastante claramente la fisonomía del hombre murciélago y los peculiares personajes que compartían sus aventuras en las tinieblas. Por eso no creo que en esta nueva versión o secuela, o como quiera denominarse, su director, Christopher Nolan, haya pretendido ir más allá del "thriller" dramático-romántico, bien dotado de acción, que, mediante un respetable contenido de solidez suficiente para mantener su potencialidad visual, sirva a ese cine de entretenimiento de cierta madurez y convincente firmeza narrativa.

Quizás la duración sea excesiva, lo que suele ser habitual en este tipo de producciones. Se alargan demasiado algunos pasajes, se atropellan las secuencias de persecución y se excede en la emergencia de sus constantes giros y argumentaciones.

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