La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Violencia y fracaso educativo

En tres palabras -formación moral e intelectual- está la clave para comprender nuestro fracaso educativo

No se habían extinguido los ecos del asesinato de Claudia, 17 años, a manos de su ex pareja, 19 años, cuando saltó la noticia del menor de 15 años que asesinó a sus padres y a su hermano de 10 años, ocultando durante cuatro días los cadáveres, porque le habían cortado el wifi como castigo a sus malas notas.

Entre los ecos del asesinato de Claudia se oyeron estos datos del Ministerio del Interior: respecto al año pasado el número de adolescentes incluidas en el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género ha aumentado un 26%, en la actualidad hay 836 menores con algún tipo de seguimiento y protegidas por la Policía, de las que 173 están en riesgo medio y 15 en riesgo alto. Según el Instituto Andaluz de la Mujer en 2021 se atendió a 302 mujeres menores de edad víctimas de violencia de género y violencia sexual -41 más que en 2020, lo que supone un incremento del 15,7%- y se ha asesorado a 430 padres, madres y/o tutores legales ofreciéndoles apoyo y orientación para hacer frente a la violencia machista, casi el doble más que el año anterior. Es evidente que existe un gravísimo problema que apunta claramente a fallos en la educación en valores.

En el caso del adolescente de 15 años que asesinó a sus padres y su hermano pequeño horroriza el hecho, por supuesto, pero también la frialdad con que reconoció su crimen. Los psiquiatras forenses harán su evaluación y posiblemente que le cortaran el wifi fue el detonante de graves problemas mentales (o quizás no: no todos los asesinos son dementes, aunque tranquilice justificarlo así ante el horror suscitado por actos difícilmente comprensibles). Pero, como ayer se escribía en nuestro editorial, no debe olvidarse que la dependencia de los móviles y las redes puede generar trastornos que deriven en patologías. Ni debe olvidarse que, como también se escribía en él, a este problema se suma el del libre acceso de los menores "a una serie de contenidos altamente perjudiciales para su formación moral e intelectual (incitación al odio, noticias falsas, pornografía...)". En estas tres palabras -formación moral e intelectual- está, no la única, pero sí la clave más importante para comprender nuestro colectivo fracaso educativo. Porque el caso del triple asesino de 15 años es afortunadamente una trágica excepción, pero crecen los comportamientos machistas provocando violencia de género entre adolescentes.

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