Visiones desde el Sur

Temporeros

Espero que nuestros representantes legales dejen de echar balones fuera y se pongan a trabajar

Mucho está dando de sí el informe del relator de Naciones Unidas el Sr. Alston, sobre las situaciones de exclusión social y de desigualdad en que viven un buen número de personas en la España actual. El hecho de que sean inmigrantes o no, incluso de que estén en nuestro territorio de forma legal o no, nada debería importar para asumir que son seres humanos amparados por el derecho internacional y que lo estamos haciendo mal. Muy mal.

Pero, la verdad, es que, en el caso de la provincia de Huelva, esto ha sido obviado por todos desde hace al menos una década: por la ciudadanía, por un buen número de empresarios y por las asociaciones agrícolas que los representan, por los sindicatos, y por las autoridades municipales, provincial, autonómica y estatal. Su pasividad, su inactividad en esta materia, su falta de sensibilidad ante las condiciones en las que malviven estas personas, roza la desvergüenza, cuando no la incompetencia para representarnos adecuadamente desde lo público. Porque, no solo importa la economía, no. Los derechos básicos de la ciudadanía deben estar por encima de cualesquiera otros y, quienes así no lo piensan, están equivocados, todos, sobre todo en un país que se declara social y democrático de derecho.

Más importante que la economía es la dignidad; algunos dirán que con ella no se come, pero, eso es entrar en discursos xenófobos como algunos de los que he escuchado en los últimos días.

Miren, en octubre del pasado año dejé mis responsabilidades -por jubilación- en la provincia de Huelva. Y puedo garantizarles que lo que el relator dice sobre los asentamientos de inmigrantes en Huelva, es cierto: "En España vive gente al límite" y "con peores condiciones que en un campo de refugiados", y yo los he visitado personalmente y he informado a quienes debía. Los únicos que están haciendo sus deberes en esta materia, hasta donde pueden, son algunas asociaciones civiles, además de Cáritas por un lado y la Cruz Roja por otro, en definitiva, la beneficencia. Esto es lo que hay.

Así que, espero que nuestros representantes legales dejen de echar balones fuera y se pongan a trabajar codo con codo, sin querer sacar tajada política de la miseria de la otredad, porque, entre otras cosas, dan pena, y vergüenza, y produce arcadas… el escuchar las peregrinas justificaciones de algunos. Sean dignos de la provincia que representan y de los ciudadanos que residen en la misma -sean inmigrantes o no, reitero-.

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