MENOS cenas y menos copas. Algún responsable municipal niega la mayor, pero en las Colombinas se está dejando sentir la crisis económica. Las 35 primeras empresas de la Bolsa española experimentaron en julio pasado la mayor subida de su historia en ese mes con un alza del 10,9%, pero la faltriquera de los ciudadanos no está aún para muchas alegrías. Y ojo porque vienen curvas.

El sistema de financiación autonómica recién aprobado tras muchos meses de debate prevé la cesión a las comunidades de una cuantiosa porción del pastel de los impuestos estatales, de tal modo que los gobiernos regionales se quedarán con el 50% de la recaudación del IRPF% y del IVA en sus respectivos territorios, así como con el 58% de los impuestos especiales que pesan sobre las labores de tabaco, bebidas alcohólicas e hidrocarburos. Dichos porcentajes figuraban como cláusulas adicionales en el Estatuto de Cataluña -extensibles ahora al resto de territorios- para dar respuesta al principio de que un aumento del poder político debe ser parejo a un aumento del poder económico.

La cuestión es si la fórmula elegida es la más adecuada y si las comunidades autónomas tendrán gracias a la recaudación de dichos impuestos la suficiencia financiera necesaria para atender las demandas de la población en materia sanitaria, educativa, de servicios sociales y vivienda. Con ese fin, el Gobierno ha puesto sobre la mesa más de 11.000 millones de euros adicionales, que se dice pronto, pero las voces que alertan de que aun así no habrá recursos suficientes van en aumento. No en vano, la recaudación tributaria está cayendo en picado en 2009, siendo un 16% inferior al año pasado.

El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, ha insinuado -aunque más bien suena a advertencia- que hay dos caminos para nutrir las arcas públicas: recortar el gasto de las administraciones y subir los impuestos. Las miradas se dirigen, principalmente, hacia los impuestos especiales teniendo en cuenta que tanto el precio del tabaco como el de la gasolina en España están entre los más bajos de la Unión Europea, pero sin olvidar tampoco el IVA. Los Presupuestos del Estado para 2010 ofrecerán la solución. Disfrutemos de la fiesta mientras podamos.

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