Este febrerillo, el loco, de virtuales carnavales, de anuncios de elecciones, de incertidumbres sanitarias, se nos reposa el espíritu con la celebración de aniversarios importantes en nuestra conciencia onubense.

Este mes que vivimos, por la gracia de Dios, se cumple un nuevo aniversario del ilustre palmerino y gran onubense don Manuel Siurot Rodríguez, uno de los más grandes pedagogos que ha tenido España. Maestro insigne, abogado ilustre, orador magnifico y defensor de los valores religiosos, morales y patrióticos. Defensor de las tradiciones de Huelva, autor de libros eternos y sobre todo un ejemplo de caballero lleno de lealtad, gracia y nobleza. Cuando escribía o hablaba de Huelva, de su Historia Colombina y Descubridora, de las devociones a la Patrona la Virgen de la Cinta, de las glorias nacionales y su amor a estas tierra, La Palma del Condado su cuna, y España en su grandeza y unidad, era el corazón el que se iba a sus labios y el sentimiento de intelectual grande a su pluma.

Durante toda mi vida he escrito innumerables artículos, crónicas y dado conferencias sobre tan ilustre personaje, como de forma tan ejemplar y magnífica lo hizo en un maravilloso libro mi querido párroco Baldomero Rodríguez Carrasco, sobre el pensamiento cristiano de Siurot, que editó el Instituto de estudios Onubenses y los escritos llevados a cabo por, Luis Llerena y Baizán,

Modestamente, pero con enorme entusiasmo la Sociedad Colombina Onubense, le rinde anualmente homenaje y recuerdo, con sufragios por el eterno descanso de su alma, y el amor más agradecido al que fuera su vicepresidente y en ocasiones presidente en funciones, que tuvo el honor de representar a esta Real Sociedad y a Huelva en el viaje de su Majestad la Reina, cuando en el año 1910 se desplazaron a la Argentina en la celebración del centenario de la independencia de aquel país hispanoamericano.

Hoy día la figura de Manuel Siurot sigue teniendo el recuerdo perenne en nuestra ciudad en la rotulación de su Avenida en el Conquero, la placa en la casa donde vivió, el busto que en el Paseo de Bueno Aires nos lo recuerda y la placa que en el Instituto de Enseñanza Media "La Rábida", del que había sido alumno, que se colocó en 1997, por su director Fernando Azcárate y un grupo escolar con su nombre. Pese a todo ello, creemos que en este nuevo aniversario de su muerte Huelva debiera hacer algo más.

Yo pediría con sencillez, una lección sobre su figura en todos los colegios onubenses. Que menos para honrar a un maestro inolvidable, al que en el Santuario de la Cinta consta una inscripción que dice: "Avenida de Manuel Siurot… por bueno, por sabio, por generoso maestro de niños pobres".

Los onubenses nunca olvidaremos a personas valiosas como esta, con valores religiosos que los califican en santidad como siervos de Dios.

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